La luna llena eclipsada acontecerá el 18 de septiembre el el grado 25 de Piscis, el equinoccio de otoño será el 22 de septiembre y el eclipse solar tendrá lugar el 2 de octubre en el grado 10 de Libra
La Luna está a punto de sumergirse en las profundas aguas del signo de Piscis para recibir sus bendiciones y experimentar sus desafíos. Plena de la luz del Sol en Virgo, que estará examinándola minuciosamente, desde su perspectiva racional y pragmática, cuestionando su cariz dramático e intentando arrojar claridad y dar orden a ese caos creativo que el signo de Piscis representa, esta Luna llena estará invitándonos a tomar consciencia acerca de nuestras emociones e instintos más profundos, de la dimensión espiritual que subyace en el acuoso tejido del alma, de la confusión que puede albergar nuestro mundo interno, así como también de la sabiduría trascendente que este entraña.
Y es que este signo dual, representado simbólicamente por dos peces atados por la cola que nadan en direcciones opuestas, puede conducirnos a sus oscuras y turbias aguas abisales, donde habremos de enfrentar nuestros temores más profundos, a nuestras dramas, dudas y vacíos, como también puede guiarnos a esas aguas cristalinas, que danzan con la luz del sol, que se funden con el cielo en el horizonte y bañan las pedregosas costas de la existencia.
Piscis puede llegar a mostrarnos tanto nuestros miedos más irracionales como nuestros más preciados anhelos.
Su alta sensibilidad y profunda emocionalidad nos lleva a experimentar la existencia de forma intensa, dramática y romántica, nos hace más abiertos y receptivos a las energías propias y ajenas, así como también más empáticos y comprensivos pues este signo alberga una profunda sabiduría forjada a través de las experiencias dolorosas de la vida y de la facilidad para conectar con los mundo sutiles, así como un amor incondicional y trascendente, que nos lleva a ser entregados y abnegados y nos conecta con la energía del perdón y la sanación.
Psíquico y magnético, este signo provee una poderosa intuición y encanto. Soñador y fantasioso, puede conducirnos al autoengaño y la autoevasión.
Su talante generoso, ingenuo y confiado, así como su tendencia a idealizar puede desembocar en grandes desilusionas, generando un duro choque con la realidad que aunque doloroso nos lleva a madurar y a ser un poco más prudentes, sin embargo la nebulosidad pisciana puede exponernos a caer una y otra vez en engaños o estafas hasta que aprendemos la lección.
Por otra parte, esa misma nebulosidad aunada a la autocomplacencia del signo, puede llevarnos a tejer la mentira, la farsa y la manipulación cuando nos dejamos a arrastrar por los deseos y pasiones.
Este enigmático y místico signo nos envuelve, como un habilidoso mago, en la ilusión de la existencia condicionada y nos conduce a trascenderla mostrándonos la vacuidad que se esconde tras esta.
Durante el plenilunio pisciano podemos sentir como nuestro mundo interno es asaltado por miedos, dramas e incertidumbres y por una sensación de confusión o vacío existencial que hará emerger en nosotros la necesidad de comunión espiritual con esa fuente maternal de inconmensurable paz y amor incondicional que sustenta y nutre la existencia.
La atmósfera emocional tenderá a ser convulsa y confusa y estaremos más sensibles de lo habitual, así como más receptivos a las emociones ajenas y a las energías de nuestro entorno, pudiéndonos sentir vulnerables, abrumados e incluso agotados emocional, energética y hasta físicamente, lo cual nos conducirá a la búsqueda de un espacio sagrado en el que podamos aislarnos del mundanal ruido para sanar y reponer fuerzas, así como para reencontrarnos con nosotros mismos y reconectar con nuestra dimensión espiritual.
Nos encontraremos además mucho más inspirados e intuitivos de lo habitual, lo cual favorecerá especialmente a aquellas personas con aptitudes artísticas o espirituales o que trabajen en el ámbito de la videncia, las artes mágicas o en cualquier labor creativa.
Así mismo, la alta sensibilidad, empatía y compasión de este signo potenciará la labor de psicólogos, terapeutas, sanadores, trabajadores de ONGs, asistentes sociales y personas altruistas en general.
Podremos sentirnos algo tristes y ser conmovidos hasta las lágrimas con mayor facilidad por situaciones tanto propias como ajenas o experimentar un aura de melancolía, viendo surgir muchos recuerdos y/o teniendo sueños con personas de nuestro pasado, especialmente con familiares y afectos en general.
De alguna forma nuestro inconsciente sacará temas que es preciso sanar a través del amor incondicional, el perdón y la sabiduría, planteándonos un intenso trabajo interior que hemos de afrontar sin evasivas para poder liberarnos y liberar a otros de la pesada carga que representa el sufrimiento cuando nos aferramos a él, así como del victimismo o de la culpa. Es momento de trascender utopías, amores imposibles, resentimientos y traumas añejos.
Todo lo anterior se verá intensificado por la presencia de Neptuno, regente moderno del signo de Piscis en conjunción a esta Luna llena, de la cual es dispositor (al igual que Júpiter por su regencia tradicional sobre Piscis), que nos permitirá tomar mayor consciencia acerca de nuestros sueños y fantasías y traerá al presente fantasmas del pasado que es preciso soltar por doloroso que sea, proceso que puede ser acompañado por la asistencia de un psicólogo, un terapeuta transpersonal o un sanador, y aliviado por el bálsamo de una profunda espiritualidad y de la inspiración artística. que nos ayudarán a elaborar el duelo y trascender, en la medida de lo posible, lo que corresponda.
El gran trígono menor del que Neptuno en Piscis se encuentra formando parte junto Urano en Tauro y Plutón en Capricornio, todos retrógrados por cierto, facilitará ese proceso terapéutico de liberación a través de una revisión profunda de estructuras y condicionamientos caducos que es preciso transformar y de situaciones traumáticas que es preciso atender a profundidad para poder elaborar adecuadamente el duelo y cerrar ciclos, invitándonos a trascender el victimismo y los miedos y a salir de nuestra zona de confort, lo cual puede resultarnos algo desestabilizador e inquietante y generarnos cierta ansiedad pero es preciso rendirnos al proceso con el debido acompañamiento para poder fluir hacia la sanación y liberación de viejos patrones emocionales, codependencias y condicionamientos ancestrales castrantes y paralizantes que nos han venido estancando hasta ahora y que ha llegado el momento de transcender para facilitar nuestra evolución a través de un proceso de despertar que lentamente se está dando en nosotros y que hemos estado postergando debido a miedos, bloqueos, apegos y falsas creencias.
Esta configuración también puede favorecer una conexión más profunda, reveladora y transformadora con grupos y amistades que puede aportarnos seguridad, potenciar nuestra autoestima, nutrir nuestra sensibilidad e impulsar nuestra maduración interior. Es un momento maravilloso para apoyarnos en nuestra familia espiritual y en esos amigos del alma con los que hay una conexión especial y trascendente.
El eclipse lunar que acontecerá durante este plenilunio jugará un papel fundamental en esa toma de consciencia y trabajo interno pues nos permitirá abordar nuestro drama interno de forma más racional y objetiva, ayudando a limpiar el lastre energético del pasado y facilitando así la sanación.
Este eclipse viene a enseñarnos, entre otras cosas, a desdramatizar, a darnos cuenta cómo muchas veces nos ahogamos en un vaso de agua ante situaciones que, si las miramos de forma objetiva puede ser resueltas sin tanto problema como nos habíamos figurado, o son fruto de confusiones o malentendidos que acaban por aclararse y solucionarse.
Y es que a veces nos anticipamos a hacer juicios sin evidencias claras y contundentes o sufrimos más por lo que nos imaginamos que por lo que realmente pasa, todo lo cual es fruto de nuestros miedos más profundos, conscientes o no, aunados a una imaginación fértil.
Ello no quiere decir que desconfiemos de nuestras percepciones, mas sí que aprendamos a valorarlas de forma racional y consciente para poder dilucidar hasta qué punto estas responden a la realidad objetiva o están infundadas por nuestros miedos y traumas.
Por otra parte, este eclipse nos invita a ser más realistas frente a nuestros sueños e ilusiones, aprendiendo a discernir entre aquellos que son manifestables y aquellos que constituyen una utopía.
Viene también a quitarnos la venda de los ojos respecto a engaños y autoengaños de los que es preciso tomar consciencia, así como a observar con mayor objetividad y honestidad aquellas cosas o situaciones que se han vuelto adictivas y/o que de alguna manera resultan nocivas, para poder soltarlas y ser capaces de fluir de forma más sana, clara y verdadera en la vida, lo cual facilitará nuestro progreso y perfeccionamiento en la casa opuesta a la que tenga lugar el eclipse lunar, es decir, aquella en la que se encuentre transitando el Sol en Virgo durante el plenilunio.
El eclipse nos ayudará a limpiar traumas y patrones relacionados con la culpa, el abandono, las traiciones y engaños que puedan haber surgido en nuestra infancia o a lo largo de la vida través de nuestras conexiones familiares o que hayamos heredado de nuestros ancestros o incluso que vengamos arrastrando como impronta de otra vidas pasadas y que, en todo caso, sentiremos el llamado interno de trascender para poder seguir nuestro camino evolutivo en esta vida.
Por su parte, Júpiter, regente tradicional de Piscis, se encontrará en el signo de Géminis permitiéndonos enfocar esas profundas emociones movilizadas por el eclipse de forma más racional, así como también verbalizarlas desde nuestra visión particular, de acuerdo a nuestras creencias y filosofía de vida.
Así mismo, nos impulsará a buscar información a través de lecturas, diálogos u otros medios que permitan canalizar de alguna manera esa búsqueda de sentido que surge de esa profunda necesidad de volver a la fuente divina, de reconocer y abrazar nuestra verdadera naturaleza, eterna, infinita y trascendente.
Este eclipse lunar tendrá lugar en torno al Nodo Norte, el cual se encuentra actualmente transitando los primeros grados del signo de Aries, a pocos grados ya del signo de Piscis (recordemos que los Nodos se desplazan en movimiento retrógrado) en el que hará su ingreso a principios del próximo año.
Esto quiere decir que el trabajo interno de toma de consciencia y trascendencia de patrones inconscientes, familiares, emocionales, instintivos y/o afectivos relativos a sufrimiento, victimismo y victimización, manipulación, soledad, abandono, sacrificio, evasión, autoevasión, engaño y autoengaño, miedos irracionales, negatividad, culpa, traición, complacencia y autocomplacencia, dependencia, fanatismo, adicciones, enfermedad, fobias, entre otros, nos abrirá la puerta a un renacimiento, a una nueva percepción de nosotros mismos, a una reformulación de nuestra personalidad, a una nueva etapa de autoafirmación, independencia, actividad y desafíos, así como a un nuevo comienzo en ese área de nuestras vidas en la que el eclipse tenga lugar, que puede dar lugar a emprendimientos y llevarnos a experimentar ese espíritu de lucha y liderazgo que el signo de Aries propone.
Es importante tener en cuenta que, si bien el día del eclipse pueden llegar a ocurrir acontecimientos significativos, los efectos del mismo y todo el proceso interno que activará en nosotros, pueden empezar a notarse en torno al momento cósmico en que este tendrá lugar, es decir, unos días previos o incluso semanas antes y se manifestarán a lo largo de los próximos seis meses a partir de la fecha del eclipse o, lo que es lo mismo, hasta que tenga lugar el próximo eclipse lunar.
Sumado a esto, el día 22 de septiembre a las 12:43 UT, celebraremos la entrada de equinoccio de otoño, cuando el Sol atraviese la puerta zodiacal del grado 0 de Libra, y lo hará en conjunción al Nodo Sur, el cual se encuentra acompañado de Lilith, haciendo un importante trabajo de depuración en este signo, que tiene que ver con el amor, las relaciones y la sociabilización, así como también con la búsqueda del equilibrio y de la armonía, ya sea que esta se procure a través del conflicto o la conciliación.
Se abre entonces un tiempo de soltar, a través de esa puerta de salida que representa el Nodo Sur aquello que está caduco en nuestras vidas, así como también para reflexionar y replantearnos asuntos relativos a nuestros vínculos, especialmente de pareja y asociación, y a la sociabilización en general. Y todo ello será consecuencia de un acto consciente de rebeldía ante situaciones injustas o desiguales y un deseo de liberación de vínculos o situaciones que ya no dan más de sí que han llegado a un punto muerto o se han precipitado al abismo del conflicto constante, en el que ya no es posible una conciliación, siendo preciso tomar la decisión de soltar, como un acto de liberación en busca de la paz y la armonía.
Así mismo, es posible que retornen amores del pasado en busca de una reconciliación, guiados por una atracción irresistible hacia ese pasado que se resiste a morir, que sólo será posible concretar si se renueva el compromiso a través de una profunda conexión y una perspectiva de armonía, justicia, igualdad y ecuanimidad, donde la libertad y el empoderamiento mutuo sea la premisa.
Este proceso va a verse intensificado por el eclipse solar que tendrá lugar el día 2 de octubre en el grado 10 del signo de Libra, el cual revelará, entre otras cosas, emociones muy profundas relacionadas con nuestros vínculos, invitándonos a un reseteo en la forma en que nos relacionamos, disponiéndonos a soltar antiguos patrones de relación que nos resultaban ya insostenibles, a dejar ir relaciones caducas, o bien, a replantearnos la forma en que el vínculo se está desarrollando, reconociendo, de y dejando atrás patrones, miedos, actitudes tóxicas o condicionamientos que han estado estancando la relación dificultando su evolución.
La presencia de Venus en Escorpio y de Plutón, dispositor de esta, en el signo de Capricornio, aún retrógrado, es lo que hará posible este trabajo, en el que habremos también de poner límites, con la ayuda de Saturno en retrógrado en Piscis a todo aquello que resulte engañoso, dramático o caótico, así como disolver esos patrones limitantes o castrantes que resultan tan frustrantes al dificultar una conexión más profunda con el otro y con nosotros mismos. Es tiempo de maduración emocional y espiritual.
El eclipse nos llevará, en todo caso, a tomar consciencia acerca de aspectos no reconocidos de nuestra dinámica vincular, revelando por un lado negatividades egóicas y, por otro potencialidades creativas reprimidas en cuanto a nuestras habilidades de sociabilización, a causa de traumas o condicionamientos de la infancia, familiares, transgeneracionales e, incluso, de vidas pasadas, invitándonos a integrarlas transformando lo negativo e a incorporando y desarrollando lo positivo promoviendo así una profunda reestructuración de nuestras relaciones de pareja y/o asociación y de nuestra manera de socializar.
Al tratarse de un eclipse de Sol, veremos su efecto especialmente en figuras resaltantes en nuestra vida y en la sociedad en general, así como en personajes famosos, tales como reyes, presidentes, actores u otro tipo de celebridades o figuras relevantes en algún sentido, especialmente aquellas ligados (por tratarse de Libra), al mundo de las artes, las leyes, la diplomacia, las relaciones públicas, la belleza o la estética que pueden ver mermada su popularidad, estar pasando por un período especialmente problemático o verse debilitados en moral o energéticamente, pudiendo ver incluso en riesgo su salud. En algunos casos, puede tratarse directamente de la desaparición física o bien, de un oscurecimiento o pérdida de su posición pública, como puede ser alguna denuncia judicial, la renuncia a su cargo, un golpe de estado, etc.
En este sentido, lo que les afecte, debilite u opaque puede estar determinado por algún asunto relativo a sus relaciones de pareja o asociación, pudiendo incluso llegar a revelarse aspectos turbios o impactantes respecto a estas, o bien, por algún conflicto relevante en sus vidas, por algún problema legal o diplomático, por algún asunto relacionado con lo femenino, o por algún tipo de desequilibrio, siendo necesario, en este caso, una toma de consciencia y un profundo trabajo interior en estas para que puedan recuperar el balance perdido.
En otro orden de ideas, el Nodo Norte en Aries, nos está invitando a volver a nosotros mismos, a ser más auténticos, íntegros e independientes, al dejar atrás, con la ayuda del Nodo Sur en Libra que será activado por el eclipse solar, patrones de sociabilización, dinámicas de pareja o vínculos tóxicos, en los que la dependencia, el maltrato, el rechazo y/o la profunda insatisfacción han debilitado la relación al punto de que es preciso hacer un ejercicio de voluntad y desapego para cerrar capítulo, o bien, reconocer que es necesario un cambio de actitud y establecer un serio compromiso mutuo de profunda transformación interior que permita resetear el vínculo a través de una dinámica más sana y ecuánime.
En cualquier caso, se nos estará recordando la importancia de no perdernos a nosotros mismos en una relación. Si definitivamente reconocemos que así ha sido, este eclipse nos brindará la oportunidad de sentar límites en ese sentido, corregir patrones de dependencia y proyectarnos hacia una nueva etapa de autonomía y autoafirmación.
El eclipse solar también nos ofrecerá la oportunidad a través del eje nodal Libra - Aries, de dejar atrás la indecisión y desarrollar la decisión y la valentía.
Quizá lo más importante o trascendente de este acontecimiento cósmico será que la forma en que percibimos, comprendemos y gestionamos el amor y las relaciones está precisando ser reformulada. Algo muy profundo en nosotros hará clic y tendremos algún/os insight/s que nos llevarán a resignificarlos, así como también, si miramos más profundo, algunos insights acerca de cómo nuestros condicionamientos de la infancia, familiares o ancestrales han influenciado positiva o negativamente en la manera en que nos relacionamos, lo cual puede ser profundamente sanador y liberador al sentar un punto de partida para nuestro trabajo interno respecto a esos temas.
Por otra parte, tanto la entrada del Sol en el 0 de Libra, como el eclipse solar que tendrá lugar unos días después en este signo son un llamado a revisar esos puntos de desarmonía o desequilibrio que es preciso ajustar, lo cual se va a evidenciar especialmente en el área de nuestra vida relacionada con la casa de nuestra carta natal en la que estos tengan lugar.
La detección de patrones y condicionamientos en este sentido también será determinante. Revisar la manera en que nuestros vínculos más tempranos programaron en nosotros patrones desarmonizantes que nos sumergen en emociones, actitudes y experiencias de carencia o sobrecompensación, basadas en falsas creencias, así como indagar la influencia que puede estar teniendo la impronta de nuestro árbol genealógico en esos patrones es de vital importancia si queremos dar un paso adelante en nuestra evolución y mejorar nuestra calidad de vida. Después de todo una vida en desequilibrio puede llegar a perjudicarnos en un sentido o en otro, ya sea en nuestra salud, nuestra economía, nuestras relaciones, o incluso en nuestra estabilidad mental o emocional.
Estamos pues en un tiempo cósmico ideal para recuperar la armonía y la paz en nuestras vidas, así como para aprender a ser más ecuánimes con nosotros mismos y con los demás.
La presencia de Mercurio y Lilith en conjunción al eclipse nos llevará a comunicar de forma diplomática pero profunda, transformadora, transgresora e irreverente todas aquellas necesidades insatisfechas en nuestros vínculos y expresar nuestro desacuerdo con aquello que nos parezca injusto o desigual.
Puede ser un buen momento para drenar esas profundas emociones que se removerán en nosotros a través de la escritura, los debates o de alguna forma de expresión artística como la pintura o la escultura, Sea como sea es preciso exorcizar nuestra alma y nuestra estructura egóica de malos rollos de forma creativa y terapéutica, lo cual puede no sólo ayudarnos a aligerar nuestra carga interna sino también evitarnos vaciar eso directamente en nuestras relaciones sin filtro ni mesura, pues esa catarsis previa nos ayudará a equilibrar y tener más claras nuestras ideas para poderlas expresar con mayor diplomacia y asertividad.
Volviendo a la dinámica energética del 0 de Libra o entrada del equinoccio, es importante mencionar la cometa cósmica que los tres planetas transpersonales, Urano, Neptuno y Plutón, todos en movimiento retrógrado, estarán formando con la Luna, que se encontrará en el signo de Géminis, en conjunción separativa con Urano en Tauro, y el Sol en el grado 0 del signo de Libra (oponiendo a Neptuno de Piscis), así como la que estarán formando los transpersonales con Mercurio en Virgo (también oponiendo a Neptuno en Piscis y haciendo conjunción al Sol librano)
La invitación. en este sentido, es a realizar un potente trabajo de reflexiva y racional introspección que propicie un cambio radical que nos saque de la zona de confort, así como una profunda transformación estructural que nos permita disolver miedos, patrones y condicionamientos caducos y sentar límites claros a todo lo que se antoje caótico o confuso, fundamentándonos en acciones que procuren la ecuanimidad en nuestras vidas, así como también en el discernimiento a nivel mental que nos permita poner orden a nuestras ideas y guiar objetivamente ese caos creativo hacia el que nos dirigimos para que este nos permita sublimar a través de la inspiración y la sensibilidad todos esos condicionamientos caducos que nos mantienen estancados en la densidad. Es objetivo, en todo caso, es trascender todo aquello que nos desarmoniza que nos frena, que nos divide, impulsando este proceso, de forma prudente, equilibrada y segura para no naufragar en el intento.
Se trata de navegar viento en popa a toda vela con un plan de ruta definido y con la elegancia de quien sabe sortear las olas gracias a su previsión, incansable voluntad, balance, experiencia, pericia, capacidad de adaptación, versatilidad interior, intuición gestionada de forma práctica y prudente y recursos creativos que le permiten hacer frente a cualquier tempestad que pudiera llegar a surgir en el camino.
En definitiva, nos encontramos atravesando un tiempo cósmico agitado y transformador que nos está llamando a despertar, transformar, soltar y trascender todo lo que sea necesario con el objetivo de recuperar la armonía perdida y de autoafirmarnos. Es una especie de retorno a la inocencia pero con toda la experiencia acumulada que nos protege de esa vulnerabilidad propia de un recién nacido pues se trata, en este caso, de un renacer en el que viene a integrarse el aprendizaje que hemos adquirido a través de todo el proceso.
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