Tendrá lugar el 27 de noviembre de 2023 en el grado 4 de Géminis
El cielo nos obsequia una vez más con la radiante luz del plenilunio, momento de clímax del ciclo lunar en que la Luna y el Sol, a través de su cíclica danza, se posan uno al frente del otro, diametralmente opuestos, como dos amantes que no pueden parar de mirarse, que aún estando separados por la distancia, sienten la tensión de sus cuerpos atrayéndose, desde dos posiciones opuestas pero complementarias.
El Sol, con su energía activa, masculina, irradiadora, proyecta su luz sobre la Luna, una luz matizada por la energía del signo desde el que es irradiada, y que es recibida por esta con su energía pasiva, femenina, receptiva.
Ella acoge esa luz solar y le da forma, la abraza y la contiene, reflejándola con un matiz energético particular, determinado por el signo en que tiene lugar el plenilunio, generando así una atmósfera particular que será además modulada por el dispositor de la energía lunar (el planeta que rige el signo en que se encuentra la Luna), así como también por los planetas que intervengan, a través de las aspectaciones de la Luna y el Sol, en la dinámica energética de este evento cósmico.
La Luna, tiene una gran importancia para la humanidad, no sólo por su influencia en el ciclo de las mareas, en los ciclos femeninos, en la reproducción, en los partos, en la agricultura, etc., sino también por su impacto psicológico pues ella rige el inconsciente personal y familiar, la impronta ancestral, los recuerdos, las emociones, los instintos y, al igual que Neptuno (regente, entre otras cosas, del inconsciente colectivo) también tiene que ver con el psiquismo, los sueños, la intuición, la inspiración y la imaginación.
Para mí, escribir sobre la Luna se ha convertido en una especie de vocación espiritual, llevó ya un buen tiempo escribiendo sobre ella en cada plenilunio y en algunos novilunios también, respondiendo no sólo a mi vocación astrológica sino también a esa profunda conexión que siento con la energía de la Diosa, con ese sacerdocio antiguo que me conecta a otras vidas y lugares, a antiguos rituales de cosecha y fertilidad, a la práctica de la magia y de la alquimia, a esa bruja eterna que fui, soy y seré.
En esta oportunidad vengo a compartiros el mensaje que nos trae la Luna llena en el versátil y comunicativo signo de Géminis.
Este es un territorio dual, en el que , de alguna manera, se reconcilian las contradicciones, se hermanan las fuerzas opuestas, donde tanto la luz como la oscuridad, la consciencia como la inconsciencia, la vida como la muerte, se comprenden como necesarias dentro de la danza cósmica, es el juego del yin y el yang, que son necesarios para que la dinámica de la vida sea posible.
De ambas energías aprendemos, y es preciso atravesar e integrar las experiencias que ambas nos ofrecen en este juego cósmico de la dualidad que conlleva la experiencia del Samsara, la existencia condicionada.
En este sentido, Géminis nos remonta al mito de los llamados Dioscuros (Hijos de Dios) Kástor y Polideuco, conocidos en la mitología romana como Cástor y Póllux, gemelos nacidos de un huevo puesto por Leda quien en una misma noche había estado con Tíndaro, rey de Esparta, padre del mortal Kástor (Cástor), y con Zeus (Júpiter), padre del inmortal Polideuco (Póllux), el cual la había seducido transformado en un hermoso cisne, de ahí el huevo del que emergieron los dos hermanos.
En otra versión del mito, Cástor nacería de un huevo compartido con su hermana Clitemnestra, mientras que Póllux nacería de otro, compartido con su hermana Helena que, al igual que él, poseía el don de la inmortalidad, al ser ambos hijos de Zeus.
Cástor y Póllux compartieron muchas aventuras y hazañas en la Tierra, participando en guerras, expediciones y competiciones, siendo además conocidos por rescatar a aquellos que se encontraban en peligro, a merced de la guerra o del mar.
Es durante una pelea con sus primos, Idas y Linceo, que Cástor resulta muerto.
Ante este trágico evento, Póllux suplica a su padre, Zeus, que le permita compartir su inmortalidad con su hermano, a lo que este accede, llegando a un acuerdo con Hades para que permita que ambos se vayan alternando la estancia en el inframundo.
Es así que, mientras uno estaba en el Olimpo, el otro se encontraba en el inframundo para luego intercambiarse. De esta manera, ambos podían disfrutar de las delicias de la vida en el Olimpo cada cierto tiempo.
Este mito nos enseña muchas cosas, entre ellas, el profundo dolor por la pérdida de la otra mitad, de esa parte de nosotros mismos sin la cual nos sentimos incompletos, y el deseo de rescatarla en esa búsqueda de la totalidad, de integrar esa sombra, esa parte de nuestra personalidad que hemos reprimido y que reclama ser reconocida y honrada.
Así mismo, nos habla de la bondad del amor fraterno que es capaz de sacrificarse por el bienestar del otro.
Por otra parte, nos enseña acerca de la alternancia de los ciclos de vida y muerte, luz y oscuridad, y su experimentación como parte de la experiencia humana, en la que, a pesar de nuestra esencia divina, nos sumergimos para aprender, como parte de esta aventura evolutiva de la consciencia.
La luna llena en el signo de Géminis es una oportunidad para conectar con esa dualidad que hay en nuestro interior, para aceptar nuestra oscuridad tanto como nuestra luz y abrazar a ambas, por igual, permitiendo así la integración de la personalidad.
La Luna, con su naturaleza fluctuante, propicia la alternancia de ambas facetas, de nuestra luz y nuestra sombra, por lo tanto durante este plenilunio y a lo largo de todo el ciclo lunar, podremos experimentar emociones muy diversas y contradictorias en cuanto a vibración, rabia y sosiego, amor y odio, seguridad y miedo, alegría y tristeza, etc., recordándonos a través de esta alternancia tanto nuestra naturaleza humana como divina.
Sentiremos además esa especial conexión con nuestra familia y afectos a través de la complicidad, dando prioridad a ese sentimiento fraterno de unión y camaradería.
Es un momento ideal para compartir con nuestros hermanos, para acercarnos a ellos desde la protección y la comprensión, nutriendo así la relación con estos.
Es un tiempo propicio también para experimentar la conexión emocional entre amantes, hermanos del alma, almas y llamas gemelas.
Géminis es además un signo racional y comunicativo, por lo que este plenilunio favorecerá las actividades de tipo intelectual como el estudio y la lectura, así como la comunicación y el flujo e intercambio de información, las charlas, conferencias, debates, informes, noticias, etc.
Sea como sea, sentiremos la necesidad de nutrir nuestro intelecto, comunicarnos y estar informados.
Nuestra forma de nutrir a los demás y vincularnos afectivamente con ellos estará dominada por la comunicación y la conexión a nivel de ideas, así como por esa complicidad que he mencionado antes, el compartir actividades y el salir juntos a pasear, poniéndose juntos en movimiento pues este signo es sumamente cinético y dinámico que, al igual que Aries, no para quieto.
Géminis está ligado pues a los medios de transporte y de comunicación, que pueden tener más influencia en nuestras vidas durante este plenilunio.
Este signo es, por otra parte, polifacético, versátil y habilidoso, tendiendo a estar ocupado en varios asuntos a la vez, a desempeñar más de una tarea mismo tiempo y a mostrar muchas inquietudes e intereses.
Por ello, no es raro que en torno al plenilunio estaremos más saturados de actividad, algo hiperactivos y empleados en varias cosas a la vez, lo cual no lleva a otra de las características de este signo, la dispersión. Es posible pues que nos cueste concentrarnos en alguna cosa en concreto y es porque nuestro mundo emocional está experimentando una mayor excitación y dinamismo, sobreestimulando la mente, pues al sentir más variedad de emociones y percibir más cosas a través de nuestra psique, tendremos más en lo que pensar, más reflexiones que hacer, más preocupaciones y más que comunicar.
No obstante, toda esa movilización emocional será procesada desde la lógica, pues esta Luna nos lleva a racionalizar nuestros instintos, emociones y percepciones psíquicas, ya sea que estas lleguen a través de la intuición, los sueños o cualquier otro tipo de experiencia o sensación.
Es una Luna que nos brinda especial inspiración para escribir, sobre todo si se trata de narrativa, así como también para comunicar, dándonos facilidad para traducir en palabras aquello que sentimos, para comunicar desde el alma , así como para tocar el alma de los demás con nuestras palabras.
Mercurio, que es dispositor de esta Luna llena, por su regencia sobre el signo de Géminis, se encontrará transitando por el opuesto signo de Sagitario, estando por tanto en exilio o destierro, es decir, en un territorio totalmente distinto del suyo habitual, donde está como un extranjero intentando adaptarse a las costumbres del lugar, actuando de forma distinta a como se esperaría de él.
Mercurio en Sagitario habla hasta por los codos, con lo cual hace difícil que el intercambio comunicativo sea recíproco y ecuánime, no obstante, favorece ciertos tipos de comunicación, como por ejemplo, la de un conferencista, un profesor, un político dando su discurso, un sacerdote con su sermón o un mentor o gurú que instruye a otros con sus enseñanzas, un guía turístico que nos conecta con otra cultura o un traductor.
No sería raro, por ejemplo, que durante este plenilunio escuchemos discursos especialmente determinantes en el plano de la política, o que vayamos a una charla, taller o conferencia que nos aporte información que de alguna forma expanda nuestra visión.
Y es que con esta Luna llena geminiana, teniendo a su dispositor, Mercurio, en el filosófico signo de Sagitario, estaremos ávidos de información que, más allá de ser trivial, común o habitual, nos aporte conocimiento y sabiduría, que expanda nuestra mente y, a través de las ideas y las palabras, nos lleve más allá de lo conocido.
Es un momento excelente, por ejemplo, para fomentar el hábito de la lectura, especialmente de temas culturales, educativos, políticos, filosóficos, religiosos o fantásticos pues este imaginativo y aventurero signo es, entre otras cosas, amante de los mitos y leyendas.
Estaremos además más ávidos de salidas de aventura, de hacer excursiones que nos conecten sobre todo con la naturaleza, ya que Júpiter, estará dispositando las energías de Mercurio, por su regencia sobre el signo de Sagitario, se encontrará en el signo de Tauro, que nos remite a escenarios naturales, de verdes prados, parques, bosques y a cualquier lugar donde haya presencia de árboles y flores.
Con Mercurio en Sagitario y Júpiter, su dispositor, en Tauro, es posible que tengamos una actitud más desenfadada con respecto al dinero, que nos encontremos, por ejemplo, haciendo más compras de lo habitual, no obstante, al estar Júpiter en movimiento retrógrado es posible que pongamos freno a tiempo cuando sintamos que nos estamos excediendo en gastos.
Finalmente toca hablar de la dinámica energética de este plenilunio en cuanto a los aspectos asociados directamente al mismo. En este sentido, tendremos como protagonista una T cuadrada entre la Luna llena en Géminis oponiendo al Sol y a Marte, quien lo escolta en el signo de Sagitario y Saturno en Piscis, en cuadratura con todos estos, como punto focal de la misma.
Desglosando un poco esta figura de aspectos tenemos la oposición entre la Luna llena en Géminis y el Sol y Marte en Sagitario que propende a los debates acalorados de tipo político, religioso, filosófico o cultural que puede estar respondiendo a la búsqueda una identidad cultural o ideológica propia o al acto de afirmar la ya existente, lo cual, en algunos casos, puede generar, a nivel mundano, un sentimiento de dualidad territorial que puede traducirse en división pero que también podría conjugarse desde el encuentro o el hermanamiento de la visión propia de cada parte.
Por otra parte, nos impulsa a identificarnos con otras culturas y creencias, con lugares lejanos y estimula el deseo de emprender viajes, de explorar y de expandir nuestro radio de acción, lo cual nos invita por otra parte, a buscar información, a documentarnos sobre esas culturas, creencias y lugares lejanos para, de esta manera, imbuirnos en su idiosincrasia y enriquecernos de todo el aprendizaje que nos pueden aportar antes incluso de experimentarlo directamente.
Esta oposición, aunada al hecho de la presencia de Mercurio en Sagitario, estimula la conexión con el extranjero, el aprendizaje de otras lenguas y la iniciativa de conectar e intercambiar ideas e información con personas de lugares lejanos, no obstante, la presencia de Marte en conjunción al Sol en Sagitario y opuesto a la Luna en a Géminis y de y de Saturno en Piscis formando la T cuadrada con estos también nos lleva a pensar en posibles choques culturales que habrá que sortear para poder valorar todo lo positivo que esas otras culturas o visiones pueden aportarnos.
Puede ser además un momento excelente para iniciar nuevos aprendizajes, cursos o proyectos, no obstante, con Saturno en Piscis formando parte de esta tensa configuración celeste, veremos que estas iniciativas encontrarán ciertas dificultades o desafíos a superar para poder concretarse que, por otra parte, pueden resultar estimulantes y dinamizantes en función de los objetivos a alcanzar.
En este sentido podemos estar hablando de complejas pruebas de acceso, de horarios que nos agotan energéticamente, que nos dificultan descansar adecuadamente o que complican nuestra rutina, de limitaciones ajenas a nuestra voluntad, de bloqueos psicológicos, profundos miedos o condicionamientos que nos dificultan salir de la zona de confort, etc.
Esta T cuadrada también puede dificultar los viajes y conexiones con el extranjero que pudieran estar propuestos o surgir para este tiempo, instándonos a considerar la manera de poner orden en aquellos asuntos que puedan estar complicando la situación.
Saturno en Piscis, por una parte nos invita a poner orden en el caos mientras que, por otra, nos pide trascender patrones limitantes, así que tendremos que valorar cuál será el trabajo a realizar en este sentido para que los sueños, proyectos e iniciativas a largo plazo que nos propongamos a realizar en este tiempo sean posibles, no sin una buena cuota de esfuerzo, dedicación y disciplina.
Nuestra dimensión emocional también puede verse afectada por esta T cuadrada, sobre todo en lo que respecta a la necesidad de poder comunicar nuestras emociones y percepciones.
En este orden de ideas, es posible que surjan bloqueos en la comunicación, desencuentros, enfriamientos y distanciamientos, especialmente con familiares y seres queridos, ya sea por exceso de trabajo u otras responsabilidades, por miedos o barreras psicológicas, por caos a resolver en algún área de nuestra vida, por exigencias que nos agotan o por límites autoimpuestos ante cualquier tipo de engaño, confusión o falta de claridad.
Esta dinámica energética también puede conllevar problemas en la comunicación en general, ya sea que se trate de molestias o enfados por confusiones, malentendidos, comentarios inoportunos, o bien, de problemas estructurales que afectan las comunicaciones, especialmente de larga distancia. Así mismo, el trasporte y los medios de comunicación también pueden verse afectados por atascos, averías, errores de planificación u organización, etc.
Como veis será una Luna llena interesante y estimulante pero que nos someterá a cierto grado de tensión emocional, agotamiento energético y a algunas pruebas o desafíos, invitándonos a desarrollar una disciplina y madurez espiritual que nos sostenga, así como también a poner límites sanos en pro de una comunicación más respetuosa y madura que tenga como fundamento la sensibilidad, la empatía y la compasión.
Será un tiempo, sobre todo, de asumir el desafío de disolver esas estructuras caducas y esos límites autoimpuestos que dificultan la integración de la dualidad en nuestro interior y de desarrollar una disciplina espiritual que contribuya a ello.
Deseo que este plenilunio y todo este ciclo lunar os aporte importantes aprendizajes y sea ampliamente fructífero y enriquecedor en función de vuestro proceso evolutivo.
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