Eclipse Solar total en Aries en conjunción a Quirón

Tendrá lugar el 8 de abril de 2024 en el grado 19 de Aries 

Muchas cosas se están diciendo acerca de este eclipse y, que un eclipse genere expectación, no es nada nuevo.

No es primera vez que se tejen profecías apocalípticas alrededor de estos fenómenos, especialmente de los eclipses de Sol, y no es de extrañar, ya que los eclipses siempre han tenido un impacto psicológico importante para el ser humano y, de hecho, también para otras especies, como las aves, que se ven confundidas por los eclipses de Sol, que alterando su ciclo circadiano.

Y nunca faltarán profetas apocalípticos y fanáticos religiosos que aprovechen estos fenómenos para alarmar con el fin del mundo con la intención de ganar su minuto de gloria o de manipular a otros para ganar adeptos.

Más allá de ello, ciertamente, en un sentido astrológico, los eclipses representan momentos de cambio o inflexión en nuestras vidas, tanto a nivel personal como colectivo, que experimentamos en mayor en mayor o menor medida en función de los aspectos que el eclipse en cuestión pueda formar con planetas o puntos importantes de nuestra carta natal o de las cartas fundacionales de países, ciudades, presidentes y otras personas relevantes de la sociedad, así como de la incidencia del cono de sombra del eclipse en determinados lugares geográficos del planeta.

Su ocurrencia en torno a los nodos lunares, puede hacernos inferir que son como una especie de llave que abren esos portales evolutivos que los nodos representan para soltar lastres, cerrar ciclos, recoger el aprendizaje del pasado (Nodo Sur) y proyectarnos al futuro, dar paso a lo nuevo, abrirnos a nuevas posibilidades, enfocar algún ámbito de nuestra vida desde una nueva perspectiva y reencauzarnos en función de nuestra misión de vida (Nodo Norte).

A nivel mundano, se entiende que los eclipses de Luna tienen un impacto especial sobre los pueblos y naciones, así como sobre figuras femeninas relevantes y sobre asuntos relacionados con lo femenino en general, mientras que, los eclipses solares tienen un importante influencia sobre mandatarios, políticos y otras personas relevantes de la sociedad y, especialmente sobre figuras masculinas y sobre la energía masculina en general, aunque también implican la intervención del elemento femenino pues es la Luna quien oculta al Sol, representando la ocultación de lo masculino por lo femenino, de lo consciente por lo inconsciente, de lo personal por lo familiar, de la acción por la emoción, de la razón por la intuición, etc.

Los eclipses también pueden detonar a corto o mediano plazo sucesos de alto impacto como pueden ser terremotos, tsunamis, fuertes oleajes, temporales, huracanes, etc., guerras u otro tipo de conflictos, revueltas populares, golpes de estado, etc. Nada que no haya pasado antes, aunque sin duda se trate de hechos trascendentales o disruptivos, que pueden marcar un antes y después en un territorio concreto o incluso influir a nivel global.

En un nivel más personal, los eclipses de Luna afectan especialmente la dimensión emocional, instintiva y psíquica, lo familiar y afectivo, la casa y el hogar, y pueden movilizar asuntos relacionados con lo femenino y/o con figuras femeninas importantes en nuestra vida, principalmente la madre, pero también puede tratarse de las abuelas o tías, la esposa o pareja afectiva, etc.

Por su parte, los eclipses de Sol afectan nuestra brillo y vitalidad, nuestra acción y raciocinio, nuestro poder personal e influencia, nuestro ego y consciencia, e inciden en nuestra creatividad y autoexpresión.

Así mismo, pueden hacer notar su influencia en figuras masculinas importantes en nuestra vida, principalmente el padre, pero también podría ser el esposo o pareja afectiva, un abuelo, un tío, etc.

El Sol también está vinculado al niño interior y representa, no sólo al principio masculino y paterno por excelencia, sino también a los hijos y a los niños en general, por tanto, un eclipse solar puede anunciar, en ocasiones, cambios importantes en relación a estos.

En todo caso, los eclipses ya sean solares o lunares van a traernos, en mayor o menor medida, algún tipo de cambio o replanteamiento en algún ámbito o áreas o concretas de nuestra vida, dependiendo de la casa, en el caso del eclipse solar, o casas, en el caso del lunar, afectadas por el mismo en nuestra carta natal.

Si bien es cierto que el día del eclipse o en días cercanos, puede llegar a tener lugar sucesos importantes que representen un antes y un después, sobre todo a nivel mundano, normalmente es a lo largo de los seis meses siguientes a partir del eclipse que se van desarrollando, de forma contundente pero gradual, cambios importantes en nuestras vidas.

Dicho esto, toca explicar que connotaciones puede tener este eclipse que tiene lugar en el enérgico, luchador y emprendedor signo de Aries.

Aries, signo representado por el carnero, vinculado al mito del vellocino de Oro, hace referencia a la lucha por la supervivencia.

Desde que rompemos el saco gestacional y pasamos por el canal de parto estamos luchando por nuestra vida, por salir a este mundo y lanzarnos a una experiencia en la que, separados del cálido cobijo del vientre de nuestra madre, pasamos a experimentar un proceso de individuación a través del cual, a lo largo de nuestra existencia nos formamos una idea de nosotros mismos como un ser independiente, separado del resto de la existencia, es lo que conocemos como la ilusión de separación que forma parte de esta aventura evolutiva, del juego que la consciencia diseñó para conocerse a sí misma.

Entonces surge el Yo, el ego. Aries tiene que ver pues con ese sentimiento de ser único, independiente y autoexistente, que busca diferenciarse y autodefinirse, desarrollando una identidad propia. Su frase clave es Yo Soy.

Está vinculado al arquetipo del guerrero y puede verse representado por militares, policías, bomberos, deportistas, ejecutivos y emprendedores o cualquier figura en la que la acción y el riesgo o el liderazgo, la autoridad, el deseo de destacar, ganar y/o tener protagonismo, predominen.

Es un signo asociado a la vitalidad, el impulso, la valentía, la agresividad, la competitividad, el liderazgo, la voluntad, el deseo, la impulsividad, la pasión y la intensidad, la autenticidad y la originalidad.

Antes de analizar un eclipse de Sol es prioritario comprender lo que, a nivel simbólico, entraña este fenómeno:

  • En primer lugar observamos que el astro más luminoso desde nuestra perspectiva terrestre, aquel que a diario nos ofrenda su luz y su calor, haciendo posible la vida en nuestro planeta, infundiéndonos claridad, vitalidad y entusiasmo, se ve progresivamente oscurecido, parcial o totalmente, como es el caso de este eclipse, durante un lapso de tiempo, tornando el día en noche y el calor en frío y generando expectación, desconcierto y asombro, ofreciéndonos una perspectiva o visión diferente e impactante del mismo, para luego volver a mostrarnos su luz y brindarnos su calor como una antorcha menguada que es nuevamente encendida, devolviéndonos la energía, la certeza y la alegría.
  • Que es la Luna, símbolo del ánima o arquetipo primordial de lo femenino, en su fase nueva, es decir, cuando está en total oscuridad, representando a la bruja o el poder oculto, profundo  y transformador de lo femenino, quien oculta al Sol, símbolo del ánimus, o  arquetipo primordial de lo masculino.

En este sentido, los eclipses solares representan no sólo un tiempo de cambio e inflexión sino también de profunda y transformadora introspección, de encuentro con la sombra, tanto en un sentido egóico (Sol) como emocional (Luna), que nos mostrará aspectos oscuros, reprimidos y no reconocidos relativos a la energía del signo en el que tenga lugar para que, de esta manera, podamos ser capaces de reconocerlos, abrazarlos, transformarlos e integrarlos sana y creativamente a la luz de la consciencia (Sol). Y sí, el Sol representa al mismo tiempo la consciencia, como fuente de vida y foco luminoso que es, y el ego que, con su resplandor, vela ese foco y nos ciega.

Una de las funciones de este eclipse será visibilizar el lado oscuro del signo de Aries para que lo reconozcamos en nosotros mismos, en los otros y en la sociedad y podamos trabajarlo a un nivel profundo tanto en la esfera personal como colectiva.

Serán unos seis meses en los que será posible tomar consciencia, entre otras cosas, de nuestra rabia más profunda, así como de la ira reprimida, de la necesidad de destacar a toda costa, de la competitividad malsana, del egoísmo, el egocentrismo y el egotismo, de la impulsividad y la temeridad, de la violencia y el espíritu pendenciero, del individualismo extremo, del machismo, etc., que podemos albergar en nuestro interior y/o que, de alguna manera, imperan en nosotros mismos en la sociedad.

A nivel personal es posible, por ejemplo, que experimentemos, en los días cercanos al eclipse o a lo largo de los próximos seis meses, algún episodio de rabieta o violencia, propia o a través algún familiar, afecto o persona cercana a nuestro núcleo más íntimo, ya sea que la expresen o la padezcan de alguna manera.

Puede que en algunos casos seamos víctimas. causantes o testigos de esta violencia que, dada la presencia de Marte, dispositor de este eclipse por su regencia sobre el signo de Aries, en el sensible, emocional, profundo, confuso, caótico y manipulador signo de Piscis, donde estará en conjunción con el crudo, exigente, frío y pragmático Saturno, puede ser, sobre todo, de tipo psicológico, tomando la forma de abusos emocionales, falta de empatía, desatención, rechazo, actitudes pasivo agresivas, manipulación, victimización, culpabilización, vulneración de los límites personales o de los límites acordados a nivel sexual y/o emocional (como aquellos que se establecen en las relaciones sexoafectivas), etc.

Por tanto, es momento de aprender a detectar y decir no a los abusos, y ello pasa por aprender a establecer límites sanos para nosotros mismos y ante los demás, a ser empáticos y compasivos sin por ello permitir que nos pisoteen, respetándonos a nosotros mismos y haciéndonos valer ante cualquier tipo de violencia, maltrato o abuso, del tipo que sea.

A escala colectiva, pueden llegar a recrudecer las actuales guerras o emerger nuevos conflictos bélicos o de cualquier otro tipo. Así mismo, podremos llegar a ver un incremento en los casos de violencia de género, violencia doméstica y de violencia en general, de agresiones sexuales, de abuso infantil, así como también de accidentes e irritabilidad generalizada. 

Con la conjunción Marte - Saturno en Piscis, ello puede ocurrir ante la frialdad e indiferencia de muchos por el drama que ello representa, mientras que para otros será un factor que derrumbará sus barreras de contención emocional, llevándolos a solidarizarse activamente, unos quizá tomando partido, sacrificándose a nivel personal conducidos por un sentimiento heroico o de deber patriótico (en el caso de la guerra y otro tipo de conflictos colectivos), y otros colaborando a través de ONGs., o bien, enviando buenas energías y haciéndose cargo de trascender su propia violencia interior a través de la práctica espiritual.

Para algunos, por otra parte, pueden resultar tan difíciles de asimilar los acontecimientos colectivos que lleguen a experimentar, en mayor o menor medida, estados de angustia, frustración, impotencia, depresión o ansiedad.

Es todo caso, es posible que nuestra fibra emocional se vea tocada de alguna manera, algunos lamentablemente lo experimentarán directamente, otros, aunque no les toque directamente, lo sufrirán como si fuera su propio dolor, mientras que otros lo reprimirán, lo cual no es nada recomendable.

Lo ideal es permitirse sentir de forma ecuánime, aceptar ese dolor que nos recuerda que somos humanos y buscar trascenderlo a través de una profunda y sanadora introspección, de la práctica espiritual, del ejercicio de la solidaridad en la forma en que nos sea posible  y, de ser necesario, a través de algún tipo de terapia.

En este sentido, la presencia de Quirón en Aries haciendo conjunción al eclipse, que tendrá lugar en torno al Nodo Norte, abrirá una puerta al reconocimiento y sanación de heridas tanto personales como colectivas, relacionadas con la guerra y la violencia en general, con la energía masculina, con el impulso sexual, etc., ya sea que se trate de heridas personales, transgeneracionales (heredadas a través del linaje) o colectivas.

Así mismo, también puede ofrecernos la oportunidad de explorar heridas relacionadas con la identidad, la individualidad, la autenticidad, la autoafirmación, la autonomía, el liderazgo, la competitividad, la supervivencia, la lucha y el espíritu emprendedor.

Muchas veces este tipo de heridas pueden guardar relación y estar resonando a un nivel muy profundo con esa herida primordial que todos tenemos, en mayor o menor medida, la herida del nacimiento.

Así que quizá sea preciso remontarnos a ese momento a través del trabajo terapéutico, ya sea por medio de la psicoterapia, el rebirthing, la terapia transgeneracional, las constelaciones familiares o algún otro tipo de terapia transpersonal, con el debido acompañamiento de un terapeuta especializado.

En todo caso, la presencia de Quirón en conjunción al eclipse y al Nodo Norte, en torno al cual tiene lugar, abre un período excelente para encontrarnos, reconocernos y aprender más de nosotros mismos a través de la autoindagación, el autoconocimiento y el trabajo terapéutico, que nos permitirá reinventar la imagen que tenemos de nosotros mismos y autoafirmarnos desde una perspectiva más acorde con nuestro actual momento evolutivo, alcanzar una mejor integración de nuestra personalidad y una mayor comprensión de nuestros deseos, impulsos y motivaciones, facilitando nuestra proyección a futuro de forma más coherente y sana.

Es un excelente momento también para aquellas personas que son terapeutas o sanadores, coachs, médicos, enfermeros, mentores, profesores o instructores, de reinventarse, autoafirmarse e incluso de embarcarse en algún nuevo proyecto o emprendimiento.

A nivel mundano, además del ambiente bélico y de crispación generalizada, será posible ver conflictos en torno a personajes relevantes tales como mandatarios, actores, influencers u otro tipo de personajes que tienen alguna posición de liderazgo o que les confiere fama y reconocimiento, o bien, que estos puedan ver opacada de alguna manera su imagen personal, su liderazgo o protagonismo. Esto también puede afectar a deportistas, militares u otro tipo de figuras de autoridad.

Especialmente, puede darse el caso de que figuras masculinas de alguno de estos campos puedan verse opacadas por temas familiares violentos, conflictivos o turbios o por alguna figura femenina que, en el mejor de los casos, por su liderazgo, valentía, acciones, iniciativa, autenticidad o espíritu de lucha, pueda destacar por sobre ellos o, en el peor de los casos, por algún motivo oscuro relacionado con la violencia de género o el machismo en general, o bien, por alguna acción violenta, agresiva o impulsiva u oscura, confusa o engañosa de parte de esta, que acabe perjudicando su imagen. 

Como veis el ambiente está y seguirá estando muy caldeado de aquí a los próximos seis meses.

Entre los meses de julio y noviembre, con la conjunción de exacta de Urano con la estrella fija aciaga Algol, la Cabeza de Medusa, es muy probable que atestigüemos un momento crucial en referencia a los actuales conflictos bélicos, si tenemos en cuenta que esta misma conjunción que se produce cada 84 años, tuvo lugar durante la época de la segunda guerra mundial. 

En este sentido, es de resaltar además la conjunción partil o exacta de Marte (representado arquetipalmente por el dios de la guerra), que tendrá lugar el día 15 de julio, con el planeta Urano y con esta estrella, contribuyendo a activar la conjunción exacta que Urano ya se encontrará haciendo desde unos días antes con la misma.

Por otra parte, Mercurio retrógrado en Aries, se encontrará haciendo conjunción al Sol, la Luna y Quirón durante el eclipse, lo que, aunado a la presencia de Marte en conjunción a Saturno en Piscis, estará denotando una impulsividad a nivel comunicacional, que podría llevarnos a pronunciar palabras de las que luego nos podamos acabar arrepintiendo o que, de alguna manera, tengamos que retractarnos e incluso disculparnos, como pueden ser comentarios desafortunados, inapropiados o carentes de empatía o, en el sentido contrario, que se nos profieran palabras hirientes o impertinentes, ya sea porque seamos objetivo de ataques malintencionados o por simple desatino e imprudencia o confusión, y que, en algunos casos, se nos acabe pidiendo perdón o intentando arreglar cualquier desavenencia o malentendido. 

Por el contrario, también es posible que nos refrenemos en comunicar algo que estemos deseando mucho transmitir, por considerar que sería imprudente o contraproducente, por no encontrar el momento apropiado o la suficiente motivación o valentía para ello, o bien, por miedo a que aquello que expresemos sea incomprendido o rechazado.

Así mismo, es factible que se nos ilusione prometiéndonos cosas de forma impulsiva que luego no se cumplen, desilusionándonos, o bien, que se acaben haciendo por compromiso o a disgusto o que seamos nosotros quienes prometamos algo de manera precipitada, que luego nos de pereza o no estemos dispuestos a cumplir o que, por algún motivo, nos veamos imposibilitados para ello.

De igual manera, es posible que se profieran amenazas que, de alguna manera, no se acaben concretando pues han sido fruto de algún tipo de estrategia manipuladora.

Todo lo anterior podemos traspolarlo al plano mundano, especialmente al circo político que estará más ruidoso que nunca y en el que camparán a sus anchas el envalentonamiento fingido y el victimismo narcisista.

Sea como sea, no cabe duda que este eclipse mantendrá el ambiente caldeado de aquí a los próximos seis meses, desatando acontecimientos que no dejarán a nadie indiferente. 

Ante el intenso, desafiante y confuso escenario que este eclipse nos plantea, lo más importante es ser capaces de mantener la calma, no dejarnos arrastrar por la corriente de violencia y desatino y tomar acciones para evitar perder la paz y el equilibrio en nuestras vidas, o bien, para poder recuperarlos y proyectarnos en la intención de preservar nuestra integridad y autoafirmarnos de forma renovada, reconociendo y trascendiendo los bloqueos que nos impiden avanzar y ser profundamente auténticos y asumiendo la responsabilidad de dejar de autoevadirnos y autoengañarnos.

Conviene también aprovechar la resonancia interna con los actuales acontecimientos, tantos personales como colectivos, para ser capaces de determinar dónde está/n y cuál es el origen de esa/s herida/s de identidad, independencia, liderazgo, iniciativa, competitividad y/o violencia que podamos estar albergando en nosotros y trabajar en consecuencia para, en la medida de lo posible, sanarlas y trascenderlas.

Por otra parte, hemos de tener en cuenta que las iniciativas que tomemos en este tiempo pueden encontrar algo de resistencia o dificultad en realizarse lo cual no es motivo para rendirnos sino que debe ser un estimulo para seguir luchando, en todo caso, con una buena dosis de prudencia y inspirada planificación, poniendo orden en el caos y siendo disciplinadamente creativos. Puede que nuestros emprendimientos actuales se fragüen en medio de un ambiente turbio que hemos de ser capaces de ir aclarando con paciencia y discernimiento o de un agitado mar que tendremos que saber navegar con estrategia, disciplina y estoicismo.


Nathacha Oura

Consultora de Astrología y Tarot, Astrocoach, Taroterapeuta y Coach álmico.


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