Tendrá lugar el 24 de febrero de 2024
Como segundo signo de tierra, Virgo nos muestra el resultado de aquello que hemos labrado con la energía de Tauro, primer signo de este elemento, relacionado con los bienes y recursos, el dinero y el esfuerzo, con la labranza del terreno donde ha de desarrollarse nuestra siembra. Virgo es pues el signo de la cosecha, de la productividad, del trabajo y de la prosperidad.
Este signo está vinculado a la capacidad de medrar, al servicio y el sentimiento de utilidad, a nuestra actividad laboral, a la rutina cotidiana, así como también a la nutrición, la salud, el ejercicio, la seguridad y la protección.
Hay varios arquetipos relacionados con este signo, uno de los cuales es Ceres (Deméter para la griegos), conocida como la Magna Mater o gran madre, en referencia a la función protectora y nutritiva de la madre tierra, siendo además la diosa de la cosecha, estando relacionada con el ciclo prosperidad y decadencia que la tierra experimenta a través de las estaciones.
Otro es la divina Astrea, diosa de la justicia, hija de Zeus (Júpiter) y Temis (también diosa de la justicia), caracterizada por su virtud, su pureza y pudor, así como por su prudencia y discernimiento.
Además, Virgo guarda correspondencia con el simbolismo de Vesta (Hestia para los griegos), diosa de la devoción, guardiana del fuego sagrado, representante del calor del hogar, vinculada al cuidado de la casa, así como al servicio y los rituales, caracterizada, al igual que Astrea, por su pureza y virtud.
Otro arquetipo relacionado con este signo es Higia Salus, hija de Asclepio (Esculapio para los romanos), diosa vinculada a la salud y la higiene, relacionada no sólo con la curación sino con los cuidados y la prevención que preservan nuestra integridad.
Por otra parte, tenemos a Palas Atenea, diosa de la verdad, las artes aplicadas y la sabiduría práctica, así como también de la organización, la estrategia, la protección, la defensa y la guerra justa.
Todos estos arquetipos representados a través del planeta Ceres y de un pequeño grupo de asteroides cisjovianos, Palas, Vesta, Higia y Astrea, comparten la regencia de Virgo con Mercurio, su regente tradicional, cuyo arquetipo, conocido como el mensajero de los dioses, está vinculado, entre otras cosas con la mente, la comunicación, la elocuencia, la agilidad, el poder de convencimiento y las habilidades comerciales.
Virgo reúne pues los atributos de muchas deidades, y no es raro que así sea pues representa una forma fragmentada de percibir la realidad, como un puzzle en el que cada pequeña pieza es importante y todas encajan a la perfección para componer una imagen del conjunto.
Para este signo las partes son tan o más importantes que el todo pues su mentalidad racional y mecanicista entiende que cada pequeño detalle es indispensable y puede marcar la diferencia, determinado el resultado final.
Llegado a este punto podemos comprender que la Luna llena en Virgo nos plantee el desafío de prestar atención a cada pequeño detalle de nuestro mundo interno, llevándonos a analizar minuciosamente y a cuestionarnos cada emoción y percepción, cada instinto e intuición que albergamos, pasándolas por el fino tamiz de la razón.
Y es que para Virgo, un signo de naturaleza racional y pragmática, puede resultar inquietante la fluctuabilidad y complejidad de la dimensión psíquica, instintiva y emocional.
En este sentido, no es de extrañar que durante este plenilunio y a lo largo de este ciclo lunar estemos algo más nerviosos y/o preocupados de lo normal, expectantes ante cualquier asunto que pudiera surgir en nuestra cotidianidad, predispuestos a afrontarlo con actitud práctica y resolutiva.
No obstante, la presencia de Lilith en Virgo, a la que la Luna se estará aproximando durante este plenilunio para acabar formando una mágica y poderosa conjunción, activando así la energía de este punto matemático que es el apogeo lunar en este signo funcional y laborioso, nos llevará a hacer las cosas un poco a nuestra manera y no necesariamente como se supone que deberían hacerse. Como dice el refrán, "cada maestrillo (o maguillo) tiene su librillo" y, con esta conjunción, cada uno sentirá la necesidad de explorar su propia forma de hacer, trabajar y solucionar cualquier eventualidad, de desarrollar su propia técnica y habilidades.
Así mismo, Lilith reafirmará la actitud crítica de Virgo concediéndole una actitud irreverente y reivindicativa ante aquello que no está bien hecho, que no es correcto o que resulta injusto o inapropiado.
Si bien Lilith en Virgo puede revelarse ante el puritanismo y el exceso de racionalidad, organización, detalle y mecanicidad, también puede mostrar su espíritu rebelde y justiciero erigiéndose en una defensora acérrima de la ética y la moral, de aquello que se considera bueno y virtuoso, cuando ve que de alguna manera está siendo vulnerado.
Por otra parte, Lilith en este signo puede llevarnos a adoptar una actitud de resistencia o rebeldía ante el trabajo, bien porque consideremos que las condiciones en que este se realiza no son las adecuadas o que el beneficio obtenido es insuficiente o no compensa el esfuerzo realizado, pudiendo dar lugar a huelgas y protestas laborales, como la que tenemos actualmente en España con los trabajadores del campo que, dicho sea de paso, está regido por Virgo por su relación con las cosechas, o generarnos incluso una profunda resistencia psicológica a nuestro trabajo, ya sea por un sentimiento, reconocido o no, de insatisfacción emocional, o por miedos e inseguridades que nos hacen sentir que no estamos lo suficientemente capacitados, cuando muchas veces no es así, sino que tememos a la exclusión, la persecución y/o al juzgamiento, a ser señalados como ineficaces, especialmente en aquello que realmente nos apasiona y para lo que tenemos un enorme potencial a desarrollar, tendencia que se verá reafirmada y potenciada por la presencia de Saturno en Piscis, que estará en conjunción al Sol y a Mercurio y en oposición con esta Luna llena virguiana, dando como resultado una postura de huida o escaqueo ante nuestras responsabilidades laborales y/o a una actitud de autosaboteo o, bien, a un desmesurado nivel de autoexigencia, en un intento desesperado por demostrar nuestra valía, machacándonos hasta el agotamiento, un síndrome del impostor en toda regla.
La otra cara de la moneda es que Lilith en Virgo puede llevarnos a apasionarnos por el trabajo, incluso al punto de obsesionarnos y desarrollar una especie de adicción al mismo, que puede enmascarar, al mismo tiempo, una actitud de huida ante otras facetas de nuestra vida que nos están resultando incómodas, conduciéndonos a hacer de nuestro trabajo una especie de exilio o refugio, un espacio seguro donde podemos ser nosotros mismos sin ser juzgados ni cuestionados y donde sentimos que podemos estar a nuestro aire, haciendo aquello que se nos da bien, lejos de los desafíos de otros asuntos que escapan a nuestro control, que nos exigen un sacrificio que no estamos dispuestos a asumir, que nos generan cierto hastío o apatía, o que resultan ser una pesada carga.
Por si fuera poco, Mercurio, uno de los dispositores de esta Luna llena, por su regencia tradicional sobre el signo de Virgo, se encuentra en mal estado cósmico, al encontrarse en Piscis, su signo de destierro (el opuesto a su signo de regencia).
Esto quiere decir que Mercurio allí no se encuentra cómodo pues no puede actuar de forma natural según corresponde a su carácter mental y racional.
Mercurio en Piscis nos expone, entre otras cosas, al caos mental, a malos entendidos en la comunicación, al despiste y al descuido de pequeños detalles, esos que para Virgo son tan importantes.
Sin embargo, puede resultar favorable si lo que queremos es un toque de misterio y sensibilidad en nuestra comunicación, escribir algún texto que requiera de una buena dosis de inspiración, como puede ser un poema o un relato fantástico, así como para hacer visualización creativa o desempeñar cualquier trabajo de tipo artístico, como el componer una canción o diseñar una coreografía, o bien, de tipo espiritual o psíquico, como puede ser una canalización o una lectura de tarot.
Sea como sea, Mercurio en Piscis puede proveernos de intuición, sensibilidad e inspiración en todo lo relativo a la generación de ideas, a la comunicación y al movimiento, lo cual puede ser de utilidad si precisamos poner una pincelada de encanto a nuestra expresión y ser más creativos, inspirados e intuitivos en nuestra rutina cotidiana.
La conjunción entre el Sol, Mercurio y Saturno en Piscis puede mostrarse de diferentes maneras. Una posibilidad sería que nos veamos dominados por ciertos miedos irracionales que coarten nuestra expresión y nuestra acción, dejándonos envolver en el drama al sentir que todo es más difícil y complicado para nosotros de lo que es en realidad, temiendo lo peor, anticipándonos en pensar que alguna acción por nuestra parte puede resultar inapropiada o improcedente, temiendo las consecuencias de nuestros actos. Ello puede llevarnos, con la energía de la Luna Llena en Virgo en conjunción a Lilith en oposición a este stellium pisciano, a obsesionarnos con la perfección y los pequeños detalles para evitar esos posibles "catastróficos" errores que podrían conducirnos a un resultado poco deseado.
Otra forma de manifestarse esta dinámica energética es que es posible nos volvamos más exigentes y críticos ante cualquier comunicación y acción que resulte poco clara, confusa o engañosa y, así mismo, que reclamemos acción ante la palabra empeñada de no cumplirse lo prometido o, por el contrario, puede que traicionemos pactos, juguemos a evadir normas, lo cual no pasará desapercibido para la detallista e inquisitiva Luna llena virguiana y menos para Lilith que reclamará sus derechos en cualquier acuerdo previo al que se haya llegado, especialmente si se trata de algún algún trabajo, labor o servicio o de algún asunto relacionado con la rutina familiar o afectiva.
En el ámbito familiar puede que nos esmeremos más en atender a los nuestros, en velar por satisfacer sus necesidades de tipo práctico aunque ello represente una cuota adicional de esfuerzo o sacrificio. Es posible incluso que usemos nuestra rutina diaria y familiar como excusa para evadir otros compromisos pero también es factible que acabemos escaqueándonos de nuestras obligaciones familiares y demostrando poca responsabilidad afectiva si llegamos a sentirnos abrumados por estas.
Sea como sea, durante este plenilunio podremos experimentar un mayor nivel de exigencia respecto a nuestro caos mental y vital que requerirá de nosotros una buena dosis de organización, esfuerzo y trabajo intenso y apasionado, lo cual puede resultar por un lado desafiante y estimulante y, por otro, agotador, tanto mental, como emocional y energéticamente.
Ante esto, lo mejor que podemos hacer es planificar muy bien nuestra agenda, máxime cuando Lilith en Virgo se encuentra formando un trígono con Urano en Tauro que puede traernos ganancias inesperadas gracias a una mayor demanda de trabajo.
También es recomendable ser respetuosos con nuestros horarios de sueño y relajación, así como una disciplina de meditación y cualquier otra práctica espiritual que nos ayude a equilibrarnos mental y emocionalmente, a disolver bloqueos energéticos y a trascender la rigidez mental y egóica que podemos estar experimentando.
Este plenilunio será también un momento ideal para rituales, especialmente aquellos relacionados con la sanación, la protección del hogar, la familia y los afectos, el trabajo, la prosperidad y la abundancia.
Júpiter en Tauro, en trígono con la Luna llena virguiana y en sextil con Saturno en Piscis contribuirá a que podamos generar un mayor florecimiento en la medida en que nos esforcemos y organicemos con una buena dosis de creatividad e inspiración, disciplina y estoicismo.
Que la Luna llena os provea de magia y que esta os acompañe de forma práctica en vuestra vida cotidiana, no olvidéis hacer vuestra parte, haceros cargo de vuestro drama personal, de vuestros sueños, con la mirada en el infinito y los pies en la tierra.
A Dios (y a la Diosa) rogando y con el mazo dando.
Añadir comentario
Comentarios