Luna Llena en Libra 2023

Cuando la Luna y el Sol, en su danza celeste, se sitúan uno frente al otro, se genera una tensa atracción.

Es la danza de los principios arquetipales femenino y masculino, de los opuestos complementarios, en su punto más álgido, cuando se miran de frente, diametralmente opuestos, para cumplir cada uno su función; la del Sol, irradiar, la de la Luna, recibir esa irradiación y reflejarla.

Es así como tiene lugar el fenómeno de la Luna llena.

La oposición de los luminares es, como toda oposición, una invitación a la búsqueda del equilibrio de ambas energías que parecen desafiarse la una a la otra pero que, en el fondo, están buscando aliarse, complementarse, jugar a un toma y dame, donde cada uno aporta su energía y cumple su rol.

La oposición representa eso, el juego de la búsqueda del equilibrio de energías o fuerzas que, desde perspectivas diametralmente opuestas y cada una a su manera particular, tienen algo que aportar la una a la otra.

Zodiacalmente, Libra representa la esencia de lo que es la dinámica de la oposición y la complementariedad, por ser el signo diametralmente opuesto a Aries, primer signo del zodiaco.

Aries representa, entre otras cosas, lo que inicia, la individualidad, la independencia, la autenticidad, la unicidad, mientras que Libra hace alusión a la dualidad, la oposición y la búsqueda del equilibrio, la cooperación y la complementariedad de energías contrarias.

Y así, al igual que sucede con Aries y Libra, cada signo zodiacal tiene su opuesto complementario.

Los signos opuestos entre sí tienen mucho que ofrecerse el uno al otro, pues al ser energías contrarias cada uno puede ofrecer lo que al otro le falta y, de esta manera, equilibrarse y complementarse mutuamente.

No obstante, es Libra el signo que, arquetípicamente, al encontrarse en oposición a Aries (primer signo del zodiaco), representa ese juego de la oposición, de la búsqueda del equilibrio y la complementariedad.

Y es precisamente en este signo donde tendrá lugar el próximo plenilunio, para darnos una nueva oportunidad de aprender de forma más fehaciente a encontrar el equilibrio en nosotros, ya no sólo a través de la oposición de los luminares que el plenilunio representa, sino de la energía que este signo nos aporta y que podremos experimentar en el ámbito relativo a la casa de nuestra carta natal en que la Luna llena librana tenga lugar.

La semilla sembrada, dos semanas atrás, en el determinado, impulsivo, emprendedor, individualista e independiente signo de Aries, vendrá ahora a florecer en el escenario del vacilante, indeciso, sociable y dependiente signo de Libra.

Es un ciclo en el que nos movemos del ímpetu, el arrojo, la agresividad y la competitividad ariana, a la búsqueda del equilibrio, la paz, la armonía y la cooperación que el signo de Libra nos propone.

No, obstante, hay que tener claro que Libra no es necesariamente equilibrado y pacífico sino que en la búsqueda de esa armonía y conciliación muchas veces genera o participa de conflictos, discusiones o debates que en ocasiones pueden llegar a ser muy acalorados.

Y es que este signo de aire sopesa las cosas en función de la ideas y es movido a actuar por un intenso afán de justicia, y esto no sería un problema de no ser porque a veces se erige en dueño de la razón y se planta en un posición de intransigencia. Es allí cuando este signo sociable y agradable se torna intolerante y conflictivo y, en lugar de conciliar y armonizar acaba desatando la discordia y haciéndose fácilmente de enemigos declarados.

No obstante, cuando es capaz de reconocer al otro como alguien con derecho a expresar su individualidad y su particular punto de vista, abriéndose al diálogo, emerge en este uno de sus mayores dones, la diplomacia. Es allí cuando es capaz de llevar el conflicto o la tentativa de este a un punto de encuentro y conciliación, pudiendo llegar a establecer alianzas y abriendo el camino a la paz, la armonía y la cooperación.

Y es que la energía de Libra representa la armonía a través del conflicto, la confrontación de los opuestos complementarios que pueden llegar a conciliarse y aunar fuerzas en una iniciativa o interés común.

La Luna llena en este signo nos propondrá pues el desafío de armonizar y reconciliar aquello que se antoje conflictivo, sopena de que acabemos envueltos en el fragor de la batalla o de que la procuremos en aras del equilibrio y la justicia, a no ser que tengamos la suficiente inteligencia, diplomacia y sentido común para evitar o frenar el conflicto y realizar una conciliación limpia, donde triunfe la paz más allá de las motivaciones personales.

A nivel emocional, estaremos más sociables de lo habitual, así como también más sensibles  a las interacciones sociales, siendo posible que nos mostremos tanto más conciliadores como más discutidores y conflictivos, especialmente si sentimos que se está cometiendo alguna injusticia con nuestros familiares o afectos.

La relación con la madre tomará un papel protagonista y podrán salir a la luz tanto la armonía y la belleza de nuestra relación con esta como los conflictos, desavenencias o discordias que se hayan podido tejer en torno a la misma.

Por otra parte, la justicia y la igualdad será un tema relevante, sobre todo en el ámbito de lo femenino, lo familiar y afectivo, durante este plenilunio y a lo largo de este ciclo lunar, pudiendo desatarse conflictos, o bien, procurarse acuerdos, en función de ello.

También es posible que tengamos que ocuparnos de algún tema legal relativo a la madre, la familia o la casa.

Así mismo, pueden emerger conflictos internos, cosas sin revolver en nuestro interior o asuntos no resueltos con el linaje, de los que habremos de tomar consciencia puesto que pueden llegar a afectarnos de alguna manera, ya sea en lo cotidiano o a nivel emocional, familiar y/o afectivo, máxime cuando tendremos a Quirón, el sanador herido, acompañando al Sol y a Júpiter en el signo de Aries, en oposición a la Luna librana, con lo cual las acciones impulsivas e individualistas, aunadas a una forma agresiva de expresar nuestras creencias o condicionamientos culturales o a un ímpetu de expansión mal canalizado, pueden abrir heridas que afecten directamente a las relaciones familiares, de pareja o cualquier otro tipo de relación afectiva.

Tocará entonces hacer el correspondiente trabajo interno procurando la sanación propia y del linaje, para lo cual pueden sernos de ayuda terapias como el ho’oponopono y las constelaciones familiares.

Sea como sea, esta Luna llena nos tiende una invitación a buscar el equilibrio en nuestras vidas, a sanar con la protección y nutrición que podemos brindar a través del amor, la justicia, la belleza y la paz aquellas heridas relativas a nuestra identidad cultural, política o religiosa.

En este sentido, la diplomacia y la armonía pueden brindarnos seguridad ante posibles conflictos ideológicos y suavizar la impetuosa arrogancia de aquellos que creen que su visión es la única valida o es la mejor de todas.

Evitemos caer en alardes de superioridad que no hacen más que evidenciar la existencia de un complejo de inferioridad no resuelto.

En todo caso, sentiremos la necesidad de encontrar la paz, la armonía y la belleza en nuestras vidas, para lo cual será preciso resolver esos conflictos internos que pueden llegar a emerger, para reconciliarnos con nosotros mismos y así poder actuar con la auténtica creatividad, la valentía y la iniciativa del Sol en Aries, aunada a la autoconfianza propia de Júpiter en ese mismo signo, en procura de la paz interior que nuestra alma está precisando bajo la delicada aura de esta Luna llena librana.

Por lo demás, mantengámonos receptivos a la paz y la belleza y nutramos el alma de ella, a través del contacto con la naturaleza y el arte.

Es un momento excelente para dedicarle especial atención a la decoración del hogar, así como a nuestros cuidados estéticos, lo cual favorecerá no sólo nuestro sentimiento de armonía sino el fortalecimiento de nuestra autoestima que ahora demanda y facilita la presencia de Venus, dispositor de esta Luna llena librana, en el signo de Tauro, donde está domiciliada por ser una de sus signos de regencia, favoreciendo también esa calma y armonía que estamos buscando, así como el disfrute de los sentidos, el amor y la belleza, la seguridad y la estabilidad en el ámbito de las relaciones, después de la tormenta de la conjunción Venus-Urano que pudimos llegar a experimentar exacta hace unos días y que aún está vigente aunque ya separativa, por lo que las aguas pueden tender a calmarse gradualmente de aquí a un par de días.

Una buena forma de aprovechar este tránsito es hacer cosas diferentes con la pareja, compartir nuevos placeres, ir a un sitio natural poco acostumbrado o a algún parque nuevo,  implementar cambios positivos en la economía, sorprenderse con algún obsequio y disfrutar juntos en compañía de buenas amistades.

Así mismo, esta conjunción puede propiciar una cierta fertilidad repentina en cuanto a lo económico, aunque también gastos inesperados, por lo que será mejor estar prevenido ante cualquier eventualidad en este sentido.

Por otra parte, tendremos a Venus haciendo trígono a Plutón que recién acaba de inaugurar hace poco su andanza por el revolucionario signo de Acuario, facilitando a través de las relaciones de pareja, de asociación y/o de la sociabilización en general, el dar inicio a algún proceso de trasformación profunda y radical que marcará un antes y un después en algún ámbito de nuestra vida.

En otro orden de ideas, esta Luna llena se encontrará haciendo conjunción a Seginus, una estrella de la naturaleza de Mercurio y de Saturno, ubicada en el brazo  magnitud, ubicada en el brazo izquierdo de la constelación de el Boyero, que puede aportar habilidades para la expresión oral o escrita, así como carácter estudioso e interés en temas serios y ocultos, de igual manera que puede procurar desvergüenza, sutileza mental y pérdidas por compañías o amigos.

Con la Luna, concretamente, se dice que esta estrella puede traer promoción de forma indirecta y, consecutivamente a ello, desgracia y ruina, que bien podría tratarse simplemente de algún contratiempo que interrumpa o retrase nuestros planes, lo cual puede ser una invitación a replantearnos la forma en que hemos hecho las cosas y buscar alternativas más coherentes, así que no nos pongamos en lo peor.

En todo caso, la influencia de esta estrella podrían notarla especialmente aquellas personas que tengan algún planeta en conjunción a la misma. También sería interesante estar atentos a su efecto en personales públicos o populares en torno a esta lunación.

Volviendo al plano personal, esta Luna también nos recuerda la necesidad que tenemos de compartirnos con otros, de tener intimidad con la pareja, de conectar de alma a alma con esta, con la salvedad de que este es un signo más bien superficial, que no profundiza pero al que le gusta compartirse e interactuar y sentir que el uno es parte de la vida del otro, es tan sencillo como eso.

Finalmente, con Venus, como dispositor de la Luna llena librana, en el signo de Tauro, se nos invita a apreciar la belleza de lo simple y natural, de nuestros sentidos, de una buena infusión y de un fragante incienso, de un fugaz atardecer o amanecer, o del canto de un pájaro o el sabor de una buena comida.

Y ante la tensión que plantea la oposición entre Júpiter, el Sol y Quirón en Aries a la Luna librana, es importante que sepamos establecer diálogos sanos y amenos y no dejemos que nos separen nuestros particulares puntos de vista, que al final las creencias son sólo eso. Y puede que sean las cosas más sencillas y naturales las que reflejen el sentido más genuino de la existencia.

Vinimos a experimentar la Vida, y ya que hemos tenido la valentía de emerger a esta apasionante aventura, disfrutémosla con espontaneidad y armonía, confiando en nosotros mismos, en la capacidad de sanar nuestra herida primordial, esa que el mismo nacimiento a este mundo pudo representar para nosotros, la herida de concebirnos como un ser independiente, separado del cálido útero de madre, que lucha por sobrevivir en este mundo que a veces puede antojarse desafiante.

Quizá nos preguntemos cuál es el sentido de esa herida y entonces descubramos al sanador sabio y glorioso que hay en nosotros, ese que está dispuesto a aprender a través de su herida y a enseñar a otros lo que ha aprendido, ese que emerge victorioso a la vida cada mañana con los rayos del Sol y que bajo esta Luna llena está dispuesto a recrearse en la paz y en la belleza y dejarse arropar dulcemente por ellas.


Nathacha Oura

Astrología Consciente 

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