Animales de Poder

Un animal de poder o animal totémico es aquel que refleja las cualidades de nuestro interior, con el que establecemos una resonancia energética, sirviéndonos de guía en el camino de la vida. Puede expresar aquellas cualidades de las que somos conscientes y que son muy evidentes en nosotros mismos, pero también hay animales de poder que reflejan cualidades que no reconocemos, nuestra sombra, demandando ser integradas para  manifestar nuestra verdad interior de forma más plena.

De igual manera, pueden mostrarnos características necesarias para atravesar un momento determinado de nuestra vida, una situación particular, ayudándonos a abordarla de manera más sabia y congruente.  

En todo caso, su función es siempre guiarnos, protegernos, enseñarnos, sanarnos y hacernos más conscientes. 

Un animal de poder puede aparecer en sueños, en estados alterados de conciencia, estar latente en nuestra vida al sentir una especial predilección o, incluso, por el contrario, un particular rechazo hacia el mismo, también puede presentarse de forma repetitiva de las maneras más insospechadas, ya sea a través de fotografías, de la publicidad, etc., por ello es importante estar atentos cuando notamos esa especie de sincronicidad que nos anuncia la presencia de la energía de un animal de poder particular en nuestra vida.

Todos tenemos uno o más animales totémicos e, incluso, puede que estos vayan variando a medida que evolucionamos.  Reconocer un animal de poder es aceptar una parte de sí mismo, es estar dispuesto a aprender lo que tiene que enseñarnos sobre nosotros y sobre la vida;  aceptarlo y honrarlo es recibir la bendición de su medicina.

El primer animal de poder del que os hablaré es un ser muy especial... Poco a poco iré agregando más animales, espero que encontréis la medicina que necesitáis en alguno de ellos:

La Libélula

La belleza y perfección de la naturaleza nos deleita con seres mágicos y, en ocasiones, hasta enigmáticos, como este.

La libélula como animal de poder representa cambios y transformación, la capacidad de la mente para usar esos cambios a favor y el papel que juegan nuestras emociones en ello, aprendiendo a flotar sobre ellas, como lo hace la libélula en el agua.  Es un animal transmutador, que surge del agua estancada como un ser alado capaz de elevarse y trascender ese estado de estancamiento.

Es símbolo también de ligereza, delicadeza y atención a las corrientes fluctuantes que anuncian cambios en la vida y con las que hay que aprender a fluir en el ciclo natural de la existencia. Representa entonces la capacidad de vencer la adversidad, así como también el dominio de la habilidad de volar con la máxima eficiencia y el mínimo esfuerzo, a gran velocidad y en cualquiera de las direcciones posibles, simbolizando así autodominio y máximo aprovechamiento de las propias capacidades, con simpleza, naturalidad y agilidad.

La iridiscencia de sus alas les aporta un cariz mágico, que nos recuerda las diversas manifestaciones de lo ilusorio, sorprendiéndonos con su colorido y su constante movimiento, atrapando nuestra atención, para luego mutar y darnos un color diferente.  Nos enseña así, que no hay que aferrarse a lo ilusorio, sino saber apreciarlo sin apego.
Otro dato interesante de estos pequeños seres es su potente y magnífica visión de casi 360º, que le aporta una amplia perspectiva de su entorno, lo cual le hace ser más consciente de a dónde se mueve y de todo lo que le rodea.


Nathacha Oura

Consultora de Astrología y Tarot, Astrocoach, Taroterapeuta y Coach álmico


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