Luna Llena en Capricornio 2023

Toda la dinámica de la vida transcurre sobre la espiral del tiempo, generando ciclos a través de los cuales se despliega el proceso evolutivo.

Esos ciclos trazados, a nivel macrocósmico, por los astros en su danza celestial y, a nivel microcósmico, por las energías internas con las que resuenan, nos brindan la oportunidad de crecer, de aprender, de madurar, de expandir la consciencia, dando cauce así a su aventura evolutiva.

El ciclo Lunar corresponde al ciclo de experimentación de nuestro plano emocional.

Es un ciclo muy corto, que sólo dura veintinueve días y medio, durante el cual nuestra madre celestial va transitando a través de los doce signos zodiacales, desenvolviendo un proceso de trabajo interior que complementará y afinará los procesos más largos que trazan otros planetas, ejerciendo además como activador de los aspectos que estos se encuentren realizando en el cielo.

Comprendemos entonces el papel fundamental de la Luna en la dinámica cósmica y, por lo tanto, en nuestra evolución.

Ella, como símbolo de la madre, a la que representa,  nos cuida, nos nutre, nos hace tomar consciencia de nuestras necesidades y carencias, nos moviliza interiormente con las fluctuaciones que experimenta a través de sus distintas fases y con el matiz que le confiere su paso por cada uno de los signos zodiacales.

Cada ciclo lunar en particular está marcado por una impronta inicial que es la que marca la Luna nueva o novilunio y una impronta central, correspondiente al clímax de su ciclo que tiene lugar durante la Luna llena o plenilunio, las cuales están impregnadas de la energía de los signos en los que, respectivamente, han tenido lugar.

Estos dos momentos clave determinarán pues las energías más resaltantes de su ciclo que, aunadas a los aspectos que la Luna forme con otros planetas en esos momentos, nos propondrán una dinámica de trabajo interno y marcarán las tendencias que a nivel instintivo, emocional y psíquico, así como también a nivel familiar y afectivo, estaremos experimentando, y teñirán la atmósfera de nuestra cotidianidad con su esencia.

Estas improntas serán además, desarrolladas, afinadas y matizadas por el resto de energías zodiacales que la Luna recorrerá a lo largo de su ciclo.

En esta oportunidad, toca hablar de la impronta energética que desplegará el próximo plenilunio, que tendrá lugar en el grado 11 del signo de Capricornio, simbolizado por la cabra marina, una cabra con cola de pez.

Este simbolismo es fundamental para la comprensión de este signo, pues nos habla del surgimiento de la vida proveniente de las aguas infinitas de la fuente creativa en busca de la cristalización en el plano material, a través de una estructura que la contiene y sostiene, que le da forma y a través de la cual desarrolla su proceso evolutivo.

Este símbolo pues nos habla de la cristalización de la energía espiritual, de la espiritualidad implícita en la materia, de la materia como vehículo de lo espiritual que, sin esa estructura, no podría experimentar el viaje de la consciencia en este planeta.

La cabra busca las alturas de las montañas escarpadas, así como el espíritu busca ascender, por medio de un arduo trabajo evolutivo, a través de la materia, que le permite expresar una experiencia vital a nivel tangible o manifiesto.

La energía de Capricornio es entonces aquella que nos insta a alcanzar lo más alto, lo cual se traduce en términos de crecimiento, desarrollo, maduración, perfeccionamiento, realización y a conectar con la experiencia vital desde un sentido práctico.

Cuando la Luna llena tiene lugar en este signo, se nos ofrece la oportunidad de crecer, madurar y desarrollarnos a nivel emocional, instintivo y psíquico, de tomar consciencia de la estructura que sostiene nuestro mundo emocional y de la necesidad de ordenarlo y perfeccionarlo para hacerlo más eficiente, para darle a esas emociones un sentido práctico.

Con la Luna llena en Capricornio tomamos consciencia de nuestras necesidades y carencias a un nivel material, concreto, así como también de cómo nos nutrimos a través de nuestras metas y ambiciones y de cómo estas pueden incidir en nuestro estado emocional.

Es un tiempo en el que nuestros miedos y frustraciones pueden emerger para que los trabajemos y hagamos un esfuerzo por seguir creciendo y alcanzar aquello que en nuestro fuero interno nos hemos propuesto.

Se hará evidente la necesidad de seguridad, estabilidad, límites, disciplina, esfuerzo, organización, pragmatismo y perfeccionamiento.

Más allá de ello, el propósito más importante de esta Luna llena y del ciclo que marca con su impronta es conseguir un nuevo estado de maduración emocional.

En este período es posible que estemos más serios y circunspectos, puede incluso que algo fríos o secos en cuanto a la expresión de nuestras emociones, lo cual puede verse alternado con cierta melancolía y una necesidad de soledad o de tomar algo de distancia  para poner en orden nuestras emociones.

La austeridad marcará la atmósfera emocional pues sentiremos la necesidad de poner ciertos límites de seguridad que nos resguarden interiormente, de decir que no a aquello que pueda lastimarnos o abrumarnos, de exigir respeto para nuestra alma y reclamar aquello que sentimos que interiormente merecemos.

Tomar consciencia de que merecemos afecto, cuidado y nutrición es uno de los trabajos a realizar en este ciclo, en el que puede que pasemos por experiencias que, de alguna manera, nos hagan sentir que ello nos es negado o que hay que ganárselo.

Y sí, puede ser que a veces haya que currarse más las cosas. Puede que no estemos brindando el suficiente apoyo o respeto o consideración, que no hagamos ningún esfuerzo por demostrar nuestro afecto al otro y es ahí donde este se pondrá exigente o nos dirá basta y se cerrará en banda en un cerco de frialdad.

O puede simplemente que su carácter sea naturalmente frío y distante, poco nutritivo y acogedor a nivel emocional, y seamos nosotros los que tengamos que reclamar el afecto, el cuidado y el respeto emocional que merecemos.

Es lo que conocemos como responsabilidad afectiva, que las partes implicadas en una relación han de poner mutuamente en práctica si desean tener una relación sana, sólida, estable y madura.

Sea como sea, en esta Luna llena y a lo largo del ciclo, pueden llegar a florecer las asperezas en las relaciones afectivas y habrá que tomar consciencia de esos miedos, resistencias y bloqueos internos que nos dificultan la expresión de nuestras emociones e instintos y trabajar en estos para madurar emocionalmente y brindar esa seguridad, estabilidad, estructura y apoyo emocional que el otro precisa y que nosotros también merecemos.

A nivel familiar y afectivo habrá que prestar especial atención a los asuntos de tipo práctico, a las necesidades materiales, al organización de la vida hogareña, a la estructura y el orden de la casa, a la economía y la administración del hogar, a los límites,  normas y obligaciones familiares, al respeto y la responsabilidad entre sus miembros, al tiempo compartido con nuestros familiares y afectos, a las metas que el clan se ha propuesto y los desafíos que este precisa enfrentar para salir adelante.

Es buen momento además para trabajar interiormente acerca de los miedos, bloqueos y condicionamientos heredados de nuestros ancestros, esos que pueden estarnos limitando y estancando nuestra evolución, para poder madurar y seguir creciendo interiormente y, de esta manera, ser capaces de asumir nuestras responsabilidades y de sobrevivir y funcionar mejor en este plano material que a veces se hace tan difícil de sostener cuando no hemos desarrollado esa seguridad interior que nos nutra y sostenga en la consecución de nuestras metas y en la resolución de nuestros desafíos.

Saturno en Piscis, como dispositor de esta Luna llena, por su regencia sobre el signo de Capricornio, nos ayudará a disolver y sanar esos bloqueos y condicionamientos y a establecer límites sanos ante los miedos irracionales, el sufrimiento y las dudas que el drama existencial puede llegar a presentarnos.

Este planeta nos estará invitando a ordenar poner orden en el caos, a asumir la responsabilidad sobre nuestro drama vital, sobre nuestro sufrimiento, y a hacernos cargo de solucionarlo con madurez, pragmatismo, organización y disciplina.

Es un tránsito que puede traer profundas pruebas, experiencias de soledad, pérdida, rechazo, abandono, maltrato psicológico o abuso por parte de alguna figura de autoridad en nuestra vida, melancolía, frustración, e incluso depresión, a través del ámbito de la vida relacionado con la casa de nuestra carta natal en el que se esté desarrollando, invitándonos a un profundo trabajo de introspección, a aprender a encontrar en la soledad un espacio de inspiración, crecimiento, maduración y conexión con lo sagrado, con lo trascendente, a través de una ardua disciplina espiritual y/o artística, facetas en las que podemos alcanzar desarrollo y maduración si nos abocamos a ello, con esfuerzo y dedicación, apartando un tiempo de nuestra cotidianidad para ello.

Sea como sea, este tránsito nos está llamando a manifestar nuestra inspiración y a hacernos cargo de esa parte más elevada de nosotros mismos, de nuestra verdadera naturaleza, infinita y trascendente, así como también a conectar con el concepto del tiempo entendido como un eterno presente, cosa que es posible experimentar a través de la práctica de la meditación, en la que el tiempo se diluye, desaparece y nos fundimos con la totalidad de la existencia en ese vacío lleno de plenitud, de gracia y gozo divino, donde ya no existe el tiempo, tal y como lo conocemos en el plano físico, sino la eternidad.

Saturno en Piscis nos invita a darle un sentido práctico a nuestra espiritualidad e inspiración, a tener ambiciones y metas de tipo espiritual y/o artístico o en las que pongamos en práctica nuestra inspiración, imaginación, creatividad e intuición, a esforzarnos por crecer espiritualmente, por ascender, a través de la práctica constante, disciplinada, a darle solución a problemas de la vida cotidiana gracias a nuestra inspiración, a poner en práctica la compasión en el sentido más pragmático posible, a ayudar a sostener a aquellos que no pueden hacerlo por sí mismos, a desarrollar alguna empresa u organización que ayude a los más necesitados, hacer donaciones, dar apoyo espiritual y moral a quien lo necesite, etc.

En otro orden de ideas, Saturno en Piscis nos pide poner orden en el caos, poner límites a todo aquello que se presente como incierto, falso o engañoso, a no engancharnos en el drama, el victimismo ni la manipulación, a decir no actitudes sectarias, a resguardar nuestro espacio sagrado y practicar la austeridad espiritual.

El plenilunio capricorniano activa el eje Cáncer – Capricornio, por lo que nos lleva a experimentar el contraste de la expresividad afectiva del Sol en Cáncer que, en compañía de Mercurio en este signo precisa además ser comunicada verbalmente o por escrito, a la austeridad emocional y las barreras interiores de la Luna llena en Capricornio. No obstante, con Saturno en Piscis, dispositando a la Luna, esos límites pueden disolverse y dejar al descubierto esa vulnerabilidad que se intentaba contener.

Es posible que esas defensas emocionales que cual fuerte medieval habíamos levantado se desvanezcan, dejando al descubierto nuestra sensibilidad y emerjan emociones e instintos reprimidos dando lugar al llanto o a otras emociones que pueden llegar a abrumarnos por el hecho de haber estado estancadas, acumuladas y desatendidas en su momento.

En ese caso habrá que permitirse un espacio seguro de desahogo emocional que nos aliviará de esa pesada carga interna pues las emociones precisan fluir y ser experimentadas sanamente y trascendidas, de lo contrario acabamos viviendo encorsetados, limitados y constreñidos por una coraza interior que acaba por somatizarse a través de una sensación de agotamiento y/o dolencias físicas como dolores de espalda o articulatorios, problemas en la piel  o en los dientes, afecciones estomacales, etc. Así que además de atenderlas con el médico, terapeuta u otro profesional de la salud, según corresponda, es preciso analizar las posibles causas emocionales y, en especial, aquellas emociones que hemos estado reprimiendo y que, por no tener un espacio de experimentación y sana expresión han terminado siendo expresadas a través del cuerpo físico.

Permitirse sentirlas y trascenderlas puede ser entonces el primer paso hacia la sanación, un paso clave que no hemos de evadir sino asumir la responsabilidad de afrontar, si es necesario incluso con el debido acompañamiento terapéutico, o bien, a través de algún ejercicio propio de arteterapia como puede ser pintar, danzar, hacer fotografía, escribir un poema, cantar o escuchar música que nos ayude a drenar nuestras emociones y a sanar y armonizar nuestro mundo interior.

Ello, aunado a la meditación y otras prácticas espirituales podrá sernos de utilidad para trascender esas emociones añejas que estaban siendo un pesado yugo en el alma, luego de lo cual nos encontraremos más aliviados y con una sensación de maduración interior que nos dará seguridad, espacio y mayor receptividad dentro de límites sanos que nos preserven de aquello que realmente pueda ser perjudicial a nivel emocional para nosotros.

Y es que quizá el sufrimiento nos haya hecho ser más desconfiados, incluso hoscos, pero tampoco podemos cerrarnos en banda y desconfiar de todo el mundo ni convertirnos en un témpano de hielo pues somos seres sintientes y bloquearnos sería anular nuestra sensibilidad y, con ello, nuestra capacidad de sentir, de amar, de intuir, de imaginar, de soñar, de entrar en comunión con la existencia, lo ideal es más bien aprender a ser sanamente prudentes y precavidos y saber marcar nuestros límites cuando sea necesario, desde la madurez emocional y espiritual y hacernos cargo de nuestra sensibilidad dándole un cauce seguro y ordenado.

Es importante también tener en cuenta, para el análisis de este plenilunio, la figura cósmica o figura de aspectos denominada Barco, que conformará la oposición entre el Sol en Cáncer y la Luna en Capricornio, los respectivos trígonos y sextiles que estarán formando estos con Júpiter en Tauro y Saturno en Piscis y el sextil entre estos últimos.

Esta figura cósmica tiene la peculiaridad de estimular patrones de comportamiento en los que hay un gran dinamismo, desplazamientos, comunicación y sociabilización, en pro de la consecución de los propios intereses, la obtención de ventajas y la ejecución de proyectos en colaboración con otras personas.

En medio de esta dinámica pueden surgir tanto cooperaciones como antagonismos, no obstante, hay muchas posibilidades de llevar a cabo aquello que uno se ha propuesto gracias al carisma, el dinamismo y la capacidad de meterse a la gente en el bolsillo, del espíritu gregario que nos conecta con grupos de afinidad y de la facilidad de sociabilización que nos acerca a colaboradores receptivos con los que podemos equilibrarnos o complementarnos mutuamente.

En función de los planetas implicados podría decirse que habrán ciertas aspiraciones de expansión económica y metas de tipo espiritual o inspirado que estarán aunando fuerzas y buscando ser concretadas a través de la conexiones en las que mutuamente se complementen una brillante sensibilidad, imaginación, intuición y expresividad emocional, representada por el Sol en Cáncer, con una sensibilidad de tipo más práctico y una madurez emocional, representas por la Luna en Capricornio, que permitan dar orden y estructura a esa sensibilidad creativa que le permita generar una satisfacción de tipo práctico, concretar metas que nos inspiren, atendiendo a la propuesta de Saturno en Piscis, y que faciliten  esa expansión económica, así como a nivel de valores y autoestima a la que Júpiter en Tauro nos invita.

Puede que en el proceso nos encontremos con ciertas resistencias u oposiciones pero si sabemos detectar quienes pueden estar receptivos a nuestros planes, proyectos o a cualquier propuesta creativa que tengamos y hacemos buen uso de nuestras habilidades sociales y comunicativas podremos lograr avances en pro de nuestras aspiraciones.

No obstante, la cuadratura entre Lilith, Venus y Marte en Leo con Urano en Tauro puede dificultar la concreción de asuntos a nivel grupal a causa de intensas alianzas, que en su ímpetu de liderazgo, su dramatismo, afán de protagonismo, o por tener cierta tendencia conflictiva pueden discordar con los objetivos de grupos o amistades con actitudes más bien parsimoniosas, pragmáticas o tercas, generando un ambiente de tensión que habrá que resolver con carisma, generosidad, creatividad, calma, esfuerzo y paciencia.

Esta cuadratura también puede afectar directamente a las relaciones de pareja y asociación, así como a la sociabilización en general, dando lugar a inestabilidad en las relaciones pero también estimulando cambios prácticos necesarios para que estas puedan fluir mejor.

Las tensiones pueden estar detonadas, por una parte, por temas relativos al dinero, los recursos, los valores o la autoestima, y por otra, el egoísmo, el egocentrismo, la arrogancia, el poder mal encauzado, la dominación y los celos, así como actitudes narcisistas o misóginas que también pueden emerger con ese stellium en Leo.

El lado positivo de esta cuadratura es que puede ser capaz de estimular o dinamizar acciones sumamente creativas e innovadoras en un sentido práctico que, aunque requerirán una buena cuota de esfuerzo pueden llegar a resultar altamente productivas ya sea en términos económicos o del fomento del reconocimiento y la popularidad.

Por último, la conjunción de la Luna con la estrella fija Pelagus, también llamada Nunki, a la que en las tablas de estrellas babilónicas se le mencionaba como la estrella que proclamaba al mar.

Esta estrella afortunada, de segunda magnitud y de la naturaleza de Júpiter y Mercurio, que se encuentra en la región central de la constelación de Sagitario, en el cinturón de la vía láctea, puede conceder una actitud optimista y confiada ante la vida y un talante alegre, bromista y sincero, a la vez que incentivar la religiosidad y una curiosidad intelectual que persigue la sabiduría y se interesa profundamente por la verdad.

Propicia además la expansión, la abundancia y la búsqueda de sentido por medio de la intelectualidad, así como la búsqueda del conocimiento, promoviendo la cultura y la dialéctica, dando deseos de aprender y habilidad para enseñar de manera ágil, ingeniosa y versátil y para comunicar de forma ética y veraz.

Con la Luna confiere amistades y protección ante enemigos o rivales. Así mismo, propicia la obtención de reconocimiento a nivel intelectual, especialmente en los campos científico, educativo, político y filosófico.

Esta conjunción favorecerá especialmente a aquellas personas que tengan algún planeta o punto importante de la carta en conjunción con dicha estrella.

Deseo pues que esta Luna llena os sea provechosa tanto a nivel material como espiritual y que esas metas que os inspiran, esas que la retrogradación de Saturno en Piscis os está llevando a revisar, reordenando el caos creativo, puedan llegar a concretarse y fomentar en vosotros un expansivo florecimiento que a su vez os estimule a replantearos metas de más largo alcance.

Y ojalá que encontréis vuestro espacio seguro de sanación e inspiración porque de ello dependerá, en gran medida, que podáis disolver miedos, bloqueos o condicionamientos y trabajar desde lo más sutil para que esas metas y ambiciones puedan llegar a cristalizarse.


Nathacha Oura

Astrología Consciente 

Astrología | Tarot | Consciencia


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