Luna Llena en Sagitario 2023

Cuando la Luna nos ofrece su plenitud en el signo de Sagitario, estamos ante un acontecimiento cósmico que invita a la expansión, a la conquista de nuestros sueños.

Es como si la flecha del centauro estuviera encendida, lista para ser disparada desde ese se arco totalmente expandido que es la Luna Llena, y que en nosotros representa al alma, esa alma que anhela alcanzar las estrellas, abarcar en su viaje nuevos horizontes, conocer nuevos paisajes, ampliar su panorama, aprender de cada experiencia y aprehender a su paso cada imagen, cada sonido, cada sabor, cada aroma, cada rostro, cada historia.

Hay entonces algo pulsando en nuestro interior por salir a explorar, una necesidad de expandirnos y de conocer aquello que es lejano y diferente pues sentimos que ello será nutritivo para nosotros, que ampliará nuestra percepción, que enriquecerá nuestro mundo interior, que nos proveerá de aquello que precisamos aprender y, al mismo tiempo, nos permitirá aportar nuestra visión y nuestra experiencia interior a otros.

Y es que Sagitario es el signo del aventurero, como lo es también del soñador o visionario, siempre enfocado en aquello que está más allá de lo cercano, lo conocido, lo palpable y lo habitual, un signo que se recrea en las abstracciones, que es capaz de imaginar y de intuir, un buscador que  presiente que es mucho más que aquello que ha creído ser y anhela encontrar esa imagen más amplia y plena de sí mismo.

Si bien, Géminis, signo desde el que el Sol estará iluminando a esta Luna llena, se contenta con tener y generar ideas e información, leer, escribir, comunicarse, pensar de forma lógica y racional e intercambiar y moverse por lo cercano y circundante, Sagitario va más allá, buscado el sentido elevado de las cosas, funcionando desde la mente superior, aquella que es capaz de intuir y elaborar y manejar abstracciones, y expandiéndose hacia entornos más lejanos y desconocidos.

Es un signo relacionado con la cultura la sabiduría y los ideales, un signo que nos impulsa a explorar, a estudiar, a aprender, a enseñar, a viajar, a conectar con otras culturas, a indagar en la filosofía, la política y/o la religión, a hacer todo aquello que pueda ampliar nuestro horizonte o que contribuya a ampliar el horizonte de quienes nos rodean.

Y todas estas necesidades no hacen más que responder a la necesidad primordial de Sagitario que es la búsqueda de sentido.

Esta Luna Llena moverá en nosotros esa necesidad, nos llevará a hacernos preguntas y a buscar respuestas que, por más que busquemos afuera, es en nuestro interior donde finalmente las encontraremos, la búsqueda externa será sólo el camino que recorreremos para volver a esa casa o templo interior que representa nuestra alma,  y darnos cuenta de que allí estuvieron siempre todas las respuestas.

Se nos invita pues, entre otras cosas, a una expansiva introspección, a una filosófica autoindagación y a una meditación en la que encontremos ese Gurú interior que nos arropará con su sabiduría y con su gozo.

Y es que el Gurú puede tener muchas formas externas, puede encarnar en la forma de un maestro espiritual, de un sabio o filósofo, de un padre, de una madre, de la naturaleza o de la vida misma como proceso de aprendizaje, mas su objetivo es conducirnos a un encuentro íntimo con nosotros mismos, al reconocimiento de lo que realmente somos, para lo cual nos hace mirar dentro y, cuando lo hacemos, a medida que avanzamos en ese viaje introspectivo encontramos al Gurú en nuestro interior, encontramos esa luz que disipa toda ignorancia iluminando nuestro templo interno.

Cuando meditamos, y observamos la mente condicionada que está inquieta como un mono, saltando de rama en rama, de pensamiento en pensamiento, pueden surgir muchas preguntas y muchas respuestas que llevan a más preguntas. Sólo cuando el buscador permanece expectante y retorna a ese estado de inocencia en el que no juzga ni cuestiona, sino que simplemente contempla su interior, sin dejarse perturbar por las imágenes mentales, que observa sin identificarse, emerge esa plenitud que reconforta, ese estado de ananda (gozo) que ilumina el rostro con una plácida sonrisa.

Es allí donde el Gurú interior aparece, en esa luz plena de sabiduría que ya no necesita hacerse más preguntas.

Este plenilunio es entonces un llamado a encontrar al Gurú en nuestro interior y es también un encuentro con la sabiduría de la energía femenina que la Luna representa y, en particular,  con la sabiduría de la madre divina que, a nivel celeste o macrocósmico, vemos representada totalmente radiante a través de la Luna llena,  invitándonos a descansar en ella, a dejarnos arropar por el gozo, la confianza y la plenitud que esta energía nos infunde.

Pero Sagitario no sólo representa la conexión con nuestra parte divina, con nuestra sabiduría, ideales, aspiraciones y sueños, sino que también nos conecta con nuestra parte más instintiva o animal, tal es la dualidad del Centauro, que con su cuerpo de caballo nos invita a vivir en libertad nuestra lado salvaje, a disfrutar de los placeres de la vida, de los frutos de la tierra que esas patas de caballo exploran ansiosas, mientras que la parte humana de su cuerpo que emerge de esa animalidad, aspira a lo divino al apuntar su flecha a lo más alto.

Esto viene a recordarnos que nuestra humanidad tiene esa doble naturaleza, divina y animal, que tenemos una esencia espiritual que nos conecta con nuestra naturaleza divina y trascendente, relacionada con los chakras superiores, pero también una naturaleza animal, perecedera, que nos conecta a tierra mientras estamos encarnados en este plano, y que está relacionada energéticamente con nuestros chakras inferiores.

Esta parte animal tiene que ver con nuestros instintos, el instinto de supervivencia, el instinto sexual, etc.

Más aún, Sagitario es también una energía de disfrute y abundancia, por un lado espiritual, porque nos vincula al padre cielo y, por otro, material, puesto que nos vincula a la madre tierra que, generosa, nos ofrece sus frutos.

Por ello, durante esta Luna Llena y a lo largo de este ciclo lunar es posible que nos sintamos más apetentes, que nos comportemos de forma más hedonista e incluso sibarita, que sintamos la necesidad de disfrutar de los planes de la vida y de hacer de lo cotidiano un disfrute.

Es un buen momento, por ejemplo, para disfrutar de la buena mesa, para asistir a una cata, para disfrutar plenamente de nuestra sexualidad, para darnos unas vacaciones, para juntarnos a echar unas risas con nuestros seres queridos o salir a dar un paseo por la naturaleza.

Por otra parte, será un tiempo ideal  para familiarizarnos con las  costumbres de otras culturas, su saber, su arte, sus creencias, sus sabores, pues ello contribuirá a llenar esa necesidad de expansión y aprendizaje que la Luna en este signo despertará en nosotros.

Es un excelente momento pues para asistir a encuentros o intercambios culturales, ferias culinarias, restaurantes de otras culturas, etc.

Y en general, es un momento muy propicio para asistir a museos, centros cívicos, asociaciones culturales, bibliotecas, instituciones académicas y exposiciones, así como para viajar, explorar y estudiar.

En otro orden de ideas, esta Luna estará propiciando una expansión de nuestro psiquismo, haciéndonos más intuitivos, imaginativos y perceptivos de lo habitual y proporcionándonos sueños más vívidos y, en algunos casos, proféticos o reveladores de enseñanzas que será preciso integrar en nuestra vida.

A nivel emocional, será un momento en el que tenderemos al optimismo, la fe, la bondad, la generosidad, la alegría y el buen humor no obstante, cualquier emoción que surja, sea la que sea, podría llegar a emerger de forma amplificada o exagerada así que, si por algún motivo estamos tristes, es probable que acabemos llorando a más no poder, y si estamos contentos, es posible que una risa incontenible nos asalte o que la alegría desborde en nosotros de alguna manera,  como que empecemos a canturrear por ejemplo.

Y en general, podemos encontrarnos más efusivos que de costumbre.

Por otra parte, también es posible que, a nivel emocional e instintivo salgan a la luz los defectos propios de este signo, como pueden ser la arrogancia, la fanfarronería, la imprudencia, la irresponsabilidad, el descontrol y los excesos, sobre todo en el ámbito alimenticio, regido por la Luna, pero también en cualquier otra cosa que la persona use en un intento de aliviar su insatisfacción o llenar sus vacíos emocionales.

Por ello, es importante prestar especial atención a estas tendencias pues una cosa es disfrutar y darse un homenaje y otra muy distinta es desfasarnos afectando nuestra salud y nuestro equilibrio emocional. Y, más allá de ello, sería interesante explorar de dónde vienen estos vacíos, qué es exactamente lo que estamos intentando llenar o suplir. De qué nos sentimos carentes y de dónde viene ese sentir, y trabajarlo en terapia si es necesario.

En este sentido, el trígono que la Luna se encontrará haciendo con Quirón en Aries puede favorecer la exploración y sanación de alguna/s herida/s en nosotros, especialmente aquella relacionada con nuestra individualidad, con nuestro sentimiento de identidad, pero también de aquellas relacionadas con la independencia, la iniciativa, el liderazgo, la energía masculina, el instinto de supervivencia, el impulso sexual, la lucha, la agresividad, la violencia, la guerra, etc.

Además el trígono que la Luna también se encontrará realizando con Marte en Leo que es dispositor de ese Quirón, por su regencia sobre el signo de Aries, propiciará un enfoque creativo y empoderado de esta energía, que puede reforzar nuestro sentido del yo, nuestra identidad, individualidad, independencia, iniciativa y nuestra energía masculina, infundiendo un plus de vitalidad y pasión a ese guerrero interior, dotándolo de brillo y dignidad, gracias ánimo optimista, expansivo y abundante, así como al alimento filosófico e ideológico que infunde esta Luna llena.

Usar esta energía de forma positiva, sin caer en el orgullo o la arrogancia, puede resultarnos muy motivador y revitalizante, propiciando brillantes y apasionantes iniciativas y emprendimientos y, en general, reconciliándonos con el lado más creativo de nuestra energía masculina, independientemente de nuestro sexo o género.

La conjunción de Marte con la estrella fija Praesepe, El Pesebre, situada en la cabeza del Cangrejo, la cual tiene la naturaleza de Marte y la Luna con un toque de Neptuno, puede incrementar la pasión, el empoderamiento, el impulso creativo, los emprendimientos exitosos y el espíritu aventurero, no obstante, esta estrella también tiene una connotación aciaga, pues puede dar propensión a la violencia, al histrionismo y a actitudes dictatoriales, por lo que hemos de procurar vibrar alto y no dejarse arrastrar por el deseo egóico de llamar la atención de forma desproporcionada y de imponer nuestra voluntad y dominio sobre otros, que podría activar esta conjunción.

Por su parte, la conjunción de Marte con la estrella Asellus Autralis, el Asno Pequeño del Sur,  también situada en la cabeza del Cangrejo pero de la naturaleza de Marte y el Sol, aportará  valentía, pasión y energía, sin embargo, puede conducir a un mal uso del poder, a un éxito limitado, a peligros debidos al arrojo  y a una falta de apoyo o reconocimiento a nivel público.

Una vez más, el  trabajo interno y el estado vibratorio que se genere puede ser determinante en cuanto a sacar lo mejor o peor de esta estrella.

Es preciso recordar, en este sentido, que el efecto de estas estrellas podrá llegar a ser experimentado más que nada por   personas con planetas o puntos resaltantes de su carta en conjunción u otro aspecto importante a las mismas, no obstante, es posible que a nivel colectivo también se haga notoria su influencia a través de sucesos relacionados con su impronta energética.

La Luna llena sagitariana también se encontrará haciendo conjunción a una estrella fija, que aportará su propio matiz a este plenilunio, se trata de Rastaban o Alwaid, una estrella de tercera magnitud y de la naturaleza de Saturno, Marte y Júpiter, situada en la constelación de Draco, el dragón.

Esta estrella puede aportar honorabilidad, así como también impulsividad y está vinculada a conflictos, violencia, accidentes y pérdida de propiedades.

Con la Luna,  puede promover, entre otras cosas, peleas, heridas, golpes y operaciones.

Estas tendencias podrían llegar a afectar, en todo caso, a aquellos que cuenten con la presencia de planetas u otros puntos importantes de su carta natal en conjunción a esa estrella, así como también llegar a evidenciarse de alguna manera a nivel colectivo.

Por otro lado, en torno al plenilunio estaremos experimentando la tensión de una T cuadrada entre Venus a finales del signo de Cáncer, Plutón retrógrado a principios de Acuario, y Júpiter como punto focal en el signo de Tauro junto al Nodo Norte.

Esta dinámica energética representará, entre otras cosas, la necesidad de conciliar el amor, la sociabilización, las relaciones de pareja y de asociación, sobre todo en lo referente a temas familiares, hogareños, emocionales, afectivos y a la vida íntima en general, con los procesos de transformación radical que vienen manifestándose de un tiempo para acá y que ahora es preciso interiorizar y reevaluar para ponerlos en perspectiva y que puedan, una vez integrados, seguir dando curso a nuestra evolución de cara al futuro, toda vez que se nos ha  pedido soltar aquello que ya era caduco o que ya no funcionaba de la manera acostumbrada y que precisaba de un salto cuántico capaz de propiciar nuevas posibilidades.

Este proceso de transformación radical puede haber sido desencadenado por luchas de poder, por conflictos grupales, por pulsiones destructivas o creativas, por profundos deseos de cambio, libertad y renovación, por una renovadora energía de empoderamiento, etc.

Y ahí es donde entra Júpiter a completar la dinámica de la T cuadrada como un factor tanto desafiante como dinamizante de esa confrontación energética entre Venus y Plutón, al generar una tensión relacionada con nuestra visión, sueños, proyectos, ideologías, filosofía de vida que están demandando ahora un arraigo, una consolidación y un florecimiento, así como con nuestro anhelo de expansión material, un sentido de la ética basado en nuestros valores y en el lado más práctico y natural de la vida y un aumento de nuestra autoestima.

Puede que las transformaciones disruptivas que se están fraguando en nuestro interior afecten de manera contundente a nuestras relaciones, así como también que estas últimas incidan de forma tan profunda en nosotros que contribuyan a gestar transformaciones que viviremos como una especie de huracán que puede experimentarse como destructivo y doloroso pero que también podría llegar a resultar liberador y renovador.

En este proceso, nuestras creencias representadas por Júpiter serán el catalizador a la vez que pueden resultar también transformadas en cierto sentido, de una forma forzada o desafiante.

En medio de toda esta tensión, es importante tener en cuenta que Júpiter, dispositor de esta Luna llena por su regencia sobre el signo de Sagitario, se encontrará en conjunción al Nodo Norte en el signo de Tauro, facilitando así la concreción de nuestros sueños, aspiraciones y proyectos, marcando el advenimiento de una expansión económica y la apertura hacia nuevos valores éticos, nuevos aprendizajes respecto al autoestima y nuevas oportunidades de consolidación en el ámbito académico, filosófico, político, religioso o, en todo caso, de afianzamiento y florecimiento de nuestras creencias.

No obstante, habrá que lidiar con las tensiones relacionales y las luchas de poder, las antipatías, las envidias, los rencores, los complejos de superioridad o inferioridad, el racismo, los conflictos ideológicos, la prepotencia, la irresponsabilidad y el afán de dominio, así como con las incomodidades, que pueden llegar a emerger con la T cuadrada de la que este planeta participa en este tiempo pero que a su vez nos estimularán a luchar con fuerza, constancia y determinación por nuestros sueños e ideales, así como por dar curso a nuestra expansión y llegar a consolidarla.

En definitiva, este tránsito señala la apertura de un período de abundancia tanto material como cultural e ideológica que habrá que currarse pero que, además de enriquecedor, puede resultar muy renovador, fortalecedor y aportarnos valiosos aprendizajes.

Se abre pues ante nosotros un tiempo de florecimiento de la fe y el optimismo, las buenas siembras y una expansión lenta pero segura, que requerirá nuestro esfuerzo pero que si somos capaces de gestionar con calma, paciencia y convicción, aún en medio de la tormenta, podremos disfrutar del proceso de avance a medida que este se va consolidando.

Es importante, en este sentido, enfocar nuestras creencias desde una nueva perspectiva, más práctica y productiva, así como también sacar el máximo provecho de nuestros recursos, aprendiendo a utilizarlos de forma expansiva, tomando consciencia de la promesa de abundancia que entrañan y aprovechando las oportunidades que la vida nos presente y las que nosotros mismos generemos con nuestro trabajo enmarcado en una visión de futuro pragmática, sólida y floreciente.

Un portal de tierra fértil está ahí abriéndose ante nosotros para que con confianza y optimismo sembremos en él en función aquello que nuestra alma aspira a alcanzar.

Seamos capaces de soñar con certeza y sostener la fe para ver florecer en este plano aquello que interiormente responde a nuestra búsqueda de sentido.

Ha llegado el momento de atravesar la promisoria puerta que nos conducirá a ese terreno fértil en el que poder plasmar nuestros más íntimos anhelos.


Nathacha Oura

Astrología Consciente 

Astrología | Tarot | Consciencia


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