Cuando tiene lugar cada Luna Llena hemos de evaluar, primeramente, el escenario cósmico simbólico (signo zodiacal) donde esta tiene lugar pues es el que determinará la atmósfera energética fundamental de ese plenilunio, la cual se verá confrontada y complementada por la energía del signo diametralmente opuesto, aquel que ocupe el Sol en ese momento y desde el cual la Luna estará siendo iluminada.
En este sentido, Escorpio, signo en el que tendrá lugar la próxima Luna llena, es un escenario intenso, poderoso y transmutador.
Representa la sombra, ese espacio en el que habitan nuestros miedos, traumas y frustraciones, la negatividad y bajas pasiones, lo tóxico, lo destructivo, lo misterioso y aterrador, que vendría a ser como el escenario de una pesadilla que nos enfrenta a todos nuestros demonios.
Pero la sombra es también un territorio lleno de tesoros ocultos por descubrir, rico en posibilidades y oportunidades de desarrollo, una fuente de sabiduría profunda, un escenario en constante transformación que ofrece un enorme potencial creativo, luminoso y empoderador.
Es como el fango putrefacto del que nace el loto, símbolo de la iluminación, por ello no es raro que haya sido justo durante una Luna llena escorpiana que el Buda histórico, Siddhartha Gautama, se haya enfrentado a Mara (el demonio que representa la existencia condicionada, la muerte, las emociones poco hábiles o insanas y los deseos) y haya conseguido iluminarse, a través de un profundo y transmutador estado de meditación, a los pies del árbol Bodhi (árbol de la iluminación) que, como todo árbol está representando por la energía de Tauro, signo opuesto a Escorpio, desde el cual el Sol ilumina a la Luna llena escorpiana.
He allí el simbolismo del Sol en Tauro presente a través del árbol de la iluminación, el cual simbólicamente podríamos relacionar con el árbol de la vida de la Kabbalah, es decir, con nuestro propio cuerpo energético, o bien, con nuestro cuerpo físico como habitáculo de la consciencia.
Y es que, como bien nos recuerda la Luna llena escorpiana, todo es símbolo, todo es parte del gran misterio, el cual puede llegar a revelar esta Luna a aquellos que miran hondo en su interior y abrazan la sabiduría profunda del alma y del inconsciente.
Y lo más importante, más allá del saber oculto que nos pueda ser revelado es que, cuando la Luna llena tiene lugar en este enigmático signo, tenemos acceso al compost que nutre las raíces del alma, sin el cual no podríamos transformarnos ni evolucionar.
Allí tiene lugar la simbólica alquimia del plomo en oro, una verdadera transmutación de nuestras energías más densas u oscuras en energía sutil y luminosa.
Este signo nos conecta con lo más profundo y oculto de nosotros mismos, con ese contenido que habita lo más hondo de nuestro inconsciente, invitándonos a descubrirlo, explorarlo, experimentarlo, transformarlo e integrarlo sana y creativamente a la luz de la consciencia.
Las emociones que pueden emerger en este plenilunio pueden ser muy diversas pero, en todo caso, profundas e intensas, incluyendo desde aquellas emociones más oscuras o negativas como el odio, el resentimiento, los celos o la envidia, hasta el dolor, la pasión, el miedo, así como cualquier otra emoción que pudiéramos haber reprimido, incluidas la rabia y la alegría.
Sea como sea, Escorpio nos habla de emociones que tienden a ser ocultadas o reprimidas, ya sea porque moralmente se consideran reprochables o inaceptables, o porque en algún momento de nuestras vidas se nos hizo sentir vergüenza, inadecuación o rechazo respecto a ellas.
Estas permanecen relegadas al olvido, almacenadas en el sótano de inconsciente, hasta que alguna situación o experiencia las detona y salen con mayor fuerza e intensidad reclamando su espacio en nuestras vidas, o bien, hasta que son reveladas a través de la introspección, la autoindagación, la meditación profunda o el trabajo terapéutico, pidiendo igualmente ser reconocidas, aceptadas, sanadas, canalizadas e integradas de la forma más creativa posible en nuestras vidas.
Así mismo, durante este plenilunio puede hacerse más evidente la necesidad de control y movilizarse luchas de poder, así como conflictos interiores que es preciso reconocer y transmutar.
No obstante, cuando esa Luna llena escorpiana es eclipsada por la sombra de la Tierra, se nos está pidiendo que, luego de sentir, reconocer y aceptar esas emociones y conflictos internos seamos capaces de hacerlas a un lado y soltarlas en favor de intereses o asuntos de tipo practico, de situaciones que requieren una solución pragmática o de circunstancias ajenas a nuestra voluntad que es menester atender, las cuales, en todo caso, tendrán ese componente intenso, profundo y transformador del que el signo de Escorpio nos habla.
Puede ser momento, por ejemplo, de dejar a un lado los rencores y/o rencillas familiares para resolver asuntos de mutuo interés, como pueden ser ventas de casas o asuntos relacionados con herencias, bienes o recursos compartidos, así como cualquier asunto complejo que requiera de un abordaje práctico, en el que las emociones lejos de ayudar podrían entorpecer o enturbiar más la situación.
Eso no quiere decir que no vayamos a sentir esas emociones tan intensas a priori, de hecho puede llegar a salir lo peor de nosotros mismos en torno a este plenilunio para que podamos tomar consciencia de ello, pero las circunstancias nos demandarán hacer de tripas corazón y ser capaces de transmutar y liberar toda esa intensidad emocional en pro de las demandas más bien prácticas o de las necesidades materiales del momento, que pueden, en todo caso, movilizar luchas de poder o afán de control, como también pueden empoderarnos y revelar una gran voluntad, fortaleza y sabiduría interior de la que hasta ese momento no éramos conscientes.
Sea lo que sea que ocurra, puede que nos sintamos expuestos a experiencias profundamente transformadoras a nivel emocional detonadas por aquello que representa la sombra de la Tierra, que viene a hablarnos de posesividad, materialismo, ambición, terquedad, apego, pero también de un poderoso potencial de productividad, belleza, creatividad y manifestación que está en lo más profundo de nosotros buscando ser experimentado e integrado, todo lo cual nos removerá interiormente y sacará a la luz ese torrente subterráneo de profundas e intensas emociones para que las reconozcamos y podamos liberarlas en favor de aquello que en ese momento es menester, llevándonos a experimentar, a través de ese proceso, una especie de muerte interior de la que saldremos renacidos y fortalecidos, con mayor sabiduría y empoderamiento.
Es una gran oportunidad para reconocer, transmutar y soltar el remanente de emociones negativas o intensas relacionadas con nuestra familia o ancestros, así como para sanar traumas familiares, de tipo afectivo, o cualquier otro tipo de trauma emocional que podamos albergar en el alma.
El hecho de que este eclipse lunar escorpiano tenga lugar en torno al Nodo Sur, facilitará tanto la reconexión con ese pasado familiar más o menos remoto, como con la impronta dolorosa dejada por cualquier afecto del pasado que precise ser reconocida para su transmutación, sanación y liberación.
Así mismo facilitará ese proceso de soltar y liberar esa intensidad emocional y esos fantasmas del pasado que aún nos atormentan, pues el Nodo Sur en Escorpio representa una puerta de conexión con ese pasado intenso, impactante, doloroso, destructivo y transformador, como también una vía o puerta de salida de todo aquello que ya está caduco u obsoleto en nuestras vidas, aquello que ha muerto o que de alguna manera ya cumplió su cometido.
Claro está que para poder cerrar ciclos y liberar esos fantasmas es preciso reconocer que están ahí y que aún hoy siguen viniendo a visitarnos.
Esta toma de consciencia puede darse, por ejemplo, a través del reencuentro con alguna persona del pasado o con alguna situación sin resolver que podría llegar a hacerse presente en torno a la fecha del eclipse o en un lapso de tiempo de aquí a seis meses, para ser observada, reconocida y aceptada en cuanto al papel influyente que ha tenido en nuestra vida y, posteriormente, liberada, toda vez que nos permitimos hacer el correspondiente duelo, ya sea por lo bueno que pudo habernos aportado como por el dolor que pudo habernos causado lo que hemos vivido o lo que hemos perdido en relación a esa persona, cosa o asunto.
Es un momento propicio, por ejemplo, para elaborar duelos por familiares o seres queridos fallecidos y dejarlos ir para que puedan seguir en paz su camino evolutivo.
Puede de hecho, que a algunos les toque experimentar alguna pérdida importante a nivel familiar o afectivo ya sea física o relacional que, dada la oposición de Urano que estará haciendo conjunción al Sol en Tauro, puede resultar repentina e inesperada y/o detonar un cambio radical en nuestra vida, relacionado con lo material, los bienes o recursos, o bien, movilizar cambios resaltantes en lo relativo a nuestros valores y/o autoestima.
Estos cambios pueden ir en el sentido de generar una desestabilización económica o de cualquier tipo o, por el contrario, de traernos una ganancia material o algún otro tipo de ganancia, en todo caso, inesperada.
Sea como sea, aquello que acontezca detonará cambios radicales que habrá que procesar con paciencia y lentitud, paz y seguridad, pues no serán fáciles de asimilar, aunque de alguna manera tenderán a estimular nuestra creatividad, a consolidar un nuevo y productivo rumbo de acción en nuestras vidas, o detonar un lento y arduo proceso de despertar de consciencia que, entre otras cosas, puede obsequiarnos una nueva perspectiva acerca de nuestro cuerpo físico, una experimentación más consciente de nuestros sentidos, una renovación de nuestros valores y autoestima, una nueva perspectiva acerca del mundo material, o bien, una conexión más vibrante y consciente con la naturaleza. Tales cosas y cambios podrían llegar a experimentarse, en todo caso, a través de los asuntos relacionados con la casa por la que se encuentren transitando el Sol, Urano y el Nodo Norte para el momento del eclipse y verse poderosamente influenciados o estimulados por los asuntos relacionados con la casa de nuestra carta natal en la que el mismo tenga lugar.
Es pues un tiempo ideal para cerrar ciclos, y con ello proyectarnos a un nuevo horizonte de posibilidades creativas y productivas, o tomar acciones que conllevarán cambios radicales, quizá algo desestabilizadores en principio pero que contribuirán a consolidar nuestro éxito y/o reconocimiento en el futuro, siempre que nos esforcemos y trabajemos con tesón y paciencia para ello, usando nuestros recursos de forma creativa e innovadora.
Es además un momento de empoderamiento a nivel emocional en que se nos invita a soltar el drama y/o las obsesiones, así como a liberar traumas y sufrimientos y permitirnos experimentar conscientemente la vida, con todo lo bueno que esta nos ofrece, celebrando el regalo que supone para nosotros la existencia, el momento presente y el futuro que se abre y se vislumbra ante nosotros, así como las posibilidades de cambio que se nos presentan.
También es un llamado a conectar con el placer, con la paz, con la dicha, a adoptar una actitud de agradecimiento y generosidad respecto a los regalos que recibimos de la vida, a ser capaces de dar y recibir con entusiasmo y con un sentimiento de renovación, siendo conscientes de que al fluir en el dar y recibir abriremos y mantendremos abierta la puerta de la abundancia y, de esta manera, nuevas posibilidades creativas y productivas podrán manifestarse.
Mercurio retrógrado en conjunción al asteroide Vesta, al Sol y al Nodo Norte en el signo de Tauro nos motivará a reflexionar de forma serena acerca del rumbo de acción que queremos consolidar en nuestras vidas, así como a hacer una revisión a nivel mental sobre nuestra autoestima, recursos y valores, con un enfoque espiritual y de resguardo, y a afinar nuestro propósito repensándolo con una sólida y firme devoción, toda vez que lo encauzamos y materializamos con la originalidad y el espíritu de cambio que Urano por su parte nos propone.
Al mismo tiempo, Mercurio retrógrado en Tauro, que también estará oponiendo a la Luna llena escorpiana, nos permitirá interiorizar esa mentalidad pragmática que facilitará el poder desprendernos del lastre emocional que este eclipse nos está invitando a soltar, complementando esa profunda introspección que previamente habremos de realizar para ello.
Plutón retrógrado en Acuario, como dispositor moderno de la Luna llena escorpiana y del eclipse lunar nos facilitará la tarea de hacer ese proceso de autoindagación que nos permitirá reconocer todo el sufrimiento y el drama existencial que arrastramos como un lastre del pasado y que es preciso soltar para poder renacer más libres y renovados y propiciar una transformación radical en ese ámbito de la vida relacionado con la casa de nuestra carta natal por la que Plutón se encuentra transitando, lo cual contribuirá a destrabar y abrir nuevos caminos en ese ámbito vital que nos permitirán empoderarnos de forma más libre, creativa, original e independiente.
Por otra parte, la cuadratura entre Júpiter, que ya transita los últimos grados de Aries, y Plutón, que está retrogradando en los primeros grados de Acuario, nos plantea el desafío de aprender a confiar en nosotros mismos y renovar nuestras creencias desde una perspectiva particular y auténtica ante el derrumbe y la debacle colectiva que está sacando a la luz la sombra de la humanidad y el colapso del poder establecido que está afectando los liderazgos de tipo político, religioso, cultural y educativo, al mostrarnos ese lado oscuro que se esconde tras estos líderes, recordándonos que son humanos y que tras la idealización existe una cara b que estará siendo revelada para que aprendamos que más que depositar nuestra fe en gurús, líderes religiosos o políticos sería preciso reconocer a ese gurú que es la propia Vida, así como también a aquel que hay en nosotros mismos, aprender a creer, a confiar y a encontrar el sentido de la existencia en nosotros mismos, recordando que somos una chispa de la divinidad, que somos el Ser encarnando una experiencia humana.
El reto consistirá en realizar esta verdad con humildad ya que, de lo contrario, el ego espiritualizado hará de las suyas y acabaremos envueltos en la arrogancia de creernos más sabios que nadie y/o de pensar que nuestra creencia es la única válida y verdadera, pretendiendo incluso imponerla a la fuerza a los demás.
De ser así, la cuadratura con Plutón en Acuario nos pasará factura y se encargará de ponernos en nuestro lugar.
Sea como sea, esta cuadratura entre Júpiter en Aries y Plutón en Acuario marca un tiempo en el que veremos caer a los ídolos con pies de barro, lo cual puede resultar muy impactante, sorprendente, inquietante, desestabilizador e incluso desolador, especialmente para esas personas muy aferradas a sus creencias, pero que nos liberará de muchos mitos y nos impelerá a buscar a Dios o el sentido de la existencia en nosotros mismos, en esa chispa divina que somos encarnando esta experiencia humana, recordando que, como humanos, no somos perfectos sino que tenemos nuestras luces y sombras, toda vez que estamos transformándonos y evolucionando, para lo cual se nos plantea el reto de autoconocernos y aprender a reconocernos tal cual somos en cada parte del proceso, recordando que, más allá de nuestro momento evolutivo particular, somos esa chispa divina de la Vida en expansión, la conciencia jugando a conocerse a sí misma en multiplicidad de formas, multiplicidad de seres, y que este personaje vital que encarnamos es sólo una de ellas.
Tomar consciencia de esto nos da perspectiva de lo pequeños y lo grandes que somos a la vez y nos enseña a no menospreciarnos ni sobrestimar os, a simplemente ser nosotros mismos con confianza, sabiduría y el genuino deseo de aprender de esta experiencia vital y de lo que nuestro personaje se está enseñando a sí mismo.
Por otra parte, esta cuadratura desatará un ambiente de tensión y conflictos ideológicos en relación a temas como la muerte, la sexualidad y el poder y los abusos de este, la corrupción, etc., respecto a los cuales pueden estarse replanteando puntos de vista e incluso leyes.
Lamentablemente, este aspecto también puede predisponer a invasiones y al recrudecimiento de conflictos bélicos, así como a atentados u otro tipo de sucesos violentos masivos.
Marte, también dispositor del eclipse por su regencia tradicional sobre el signo de Escorpio, se encuentra en el signo de Cáncer, estableciéndose por tanto una recepción mutua con la Luna en Escorpio, intensificando así la dinámica energética de esta Luna llena, ya de por sí intensa.
Marte en Cáncer nos lleva a actuar y a tomar incitativas desde la emoción, su impulsividad puede fluctuar de acuerdo a las emociones que se estén experimentando, por ello a veces puede ser muy arbitrario, no se sabe por dónde va a salir, dando tendencia a arrebatos, a berrinches y a una sensación de vulnerabilidad que nos hace estar a la defensiva, haciendo que actuemos de forma irreflexiva, guiados más por la emoción, la intuición y los instintos que por la razón.
No obstante, el eclipse lunar, en cierta forma, puede interferir en esta dinámica en el sentido de que ese Marte podría llegar a sentirse desarmado ante las prerrogativas de tipo práctico (Tierra) que se interpondrán entre nuestra consciencia (Sol) y nuestras emociones y necesidades básicas (Luna), llevando a un momento de vaciado interior que nos hará desechar esas emociones intensas que nos estaban condicionando, y allí es donde ese Marte en Cáncer puede sentirse desconcertado respecto a su rumbo de acción, o bien, quizá sosegarse un poco y actuar con cierto grado de prudencia y tino, algo poco habitual en este tránsito, excepto en aquellas personas que han trabajado interiormente lo suficiente como para desarrollar la inteligencia emocional.
El trígono que estará formando con Neptuno en Piscis le dará, por su parte, cierta fluidez y soporte psíquico y espiritual que propiciará decisiones sustentadas por la inspiración, la fe, el amor incondicional, el perdón y la capacidad de entrega, o bien, por un sentimiento de autotrascendencia, contribuyendo además a potenciar la intuición y la imaginación, lo cual puede favorecer nuestros emprendimientos.
En otro orden de ideas, este aspecto podría llegar a suavizar los conflictos familiares y afectivos típicos de Marte en Cáncer, facilitando la reconciliación o cuando menos el perdón, así como a aliviar nuestros conflictos interiores gracias a la visión espiritual y transcendente de Neptuno.
En este sentido, la meditación y la espiritualidad en general, así como también la música, la poesía, la danza o cualquier otra forma de arte inspirado, pueden ayudarnos a canalizar y procesar mejor nuestra intensidad emocional y facilitar un ejercicio de introspección que nos permitirá centrarnos y enfocar nuestra intención en aquello que deseamos.
Por último pero no menos importante, hay que mencionar la T cuadrada que Lilith en Leo estará formando con los luminares para el momento del plenilunio, en la cual Lilith será el punto focal en esta figura cósmica generando una importante carga de tensión creativa reprimida que está pidiendo a gritos ser liberada y que, de alguna manera, nos veremos forzados o retados a darle cauce para que ese proceso de soltar las emociones densas del pasado y todo lo ya caduco y abrirnos a crear algo nuevo que resulte solido y fértil, que nos está proponiendo el eclipse sea posible.
Es como si el universo nos dijera: “si no liberas el potencial creativo contenido en ti no podrás levantarte la losa de encima y seguirás arrastrando el lastre de lo que ya no te satisface o ya está agotado en tu vida sin poder generar o crear nada nuevo que te permita florecer, fructificar, conectarte con los regalos que la vida tiene para ti y ofrendar el regalo que representa tu existencia a través de tu propósito vital.
Entonces, es momento de conectar con ese niño interior que alguna vez fue reprimido y darle voz en el adulto que somos a través de actos creativos hechos por el mero disfrute de expresar ese potencial que llevamos dentro, sin miedo al que dirán, sin expectativas de aplausos o aprobación, sólo por la pasión y el deseo de hacerlo y disfrutar de ello.
Es tiempo de permitirnos jugar, divertirnos, brillar, crear, conquistar, apasionarnos dejando de lado el temor al rechazo o a hacer el ridículo y sin caer tampoco en el orgullo o la arrogancia de querer demostrar ser mejor que nadie, se trata simplemente de permitirnos autoexpresarnos en total libertad para que ese niño/a interior que reclama su espacio pueda ser reconocido y aceptado no por la aprobación de los otros sino por nosotros mismos, al reconocerle ese derecho a mostrarse tal como es, jugar, brillar, crear y divertirse para experimentar el gozo de estar vivo.
Si así lo hacemos, aunque nos cueste, aunque el pasado tire de un lado y el futuro de otro, seremos capaces de soltar el drama del pasado, de cerrar ciclos y catapultarnos a la manifestación de nuevas posibilidades creativas en un terreno fértil en el que podremos florecer.
Deseo pues que esta Luna llena y este eclipse lunar en Escorpio sean sumamente provechosos para todos, las posibilidades están dadas para ello, sólo hace falta hacerse cargo del trabajo interno y creativo que nos corresponda hacer a cada uno, estar dispuestos a morir y renacer, a soltar, a crear y, sobre todo, a conectar con el placer de estar vivos.
Nathacha Oura
Astrología Consciente
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